lunes, 28 de marzo de 2011

Este soneto de Góngora gustaba a Borges, quien cita el hermoso primer terceto: ese escenario montado en el aire


A un sueño



Varia imaginación que, en mil intentos, 
A pesar gastas de tu triste dueño 
La dulce munición del blando sueño, 
Alimentando vanos pensamientos,

Pues traes los espíritus atentos 
Sólo a representarme el grave ceño 
Del rostro dulcemente zahareño 
(Gloriosa suspensión de mis tormentos),

El sueño (autor de representaciones), 
En su teatro, sobre el viento armado, 
Sombras suele vestir de bulto bello.

Síguele; mostraráte el rostro amado, 
Y engañarán un rato tus pasiones 
Dos bienes, que serán dormir y vello.

sábado, 26 de marzo de 2011

Escuchando a Brahms

[24 de marzo de 2011. Séptimo Concierto de Abono. Johannes Brahms, Concierto para piano y orquesta n. 1 en re menor, op. 15; Sinfonía n. 1 en do mayor, op. 68. Pierre-Alain Volondat. Orquesta de Córdoba. Álvaro Albiach, dirección. Gran Teatro de Córdoba. 20:30 horas. Lleno]

Casi como ocurre con el de Beethoven, el ciclo sinfónico de Johannes Brahms (1833-1897) ha sido objeto de numerosas grabaciones y es de los más brillantemente representados en el mundo de la fonografía. El primer movimiento de la Sinfonía n. 1, el segundo de la segunda, el tercero de la tercera y el cuarto de la cuarta (no hago juegos de palabras: es la verdad) forman parte de las músicas que todo aficionado al repertorio culto tiene en mente cuando piensa en las maravillas que dejó el género sinfónico. Y suenan a menudo (o sonaban, porque quizás esa afición a la escucha doméstica de obras largas viva horas bajas) en los aparatos de música de los aficionados de todo el mundo. ¿Qué puede aportar a éstos la escucha en vivo de estas músicas archiconocidas? Varias cosas, desde luego, pero una muy especial (enseguida veremos otra) es la posibilidad de disfrutar de la dinámica. En música, llamamos dinámica a las gradaciones de intensidad, a los planos de volumen en movimiento que tanto tienen que ver con el disfrute sensual del arte de los sonidos y que a menudo nos escamotean los medios de grabación y reproducción cotidianos. Pues bien, este aspecto con que siempre nos sorprende la escucha en directo y que tan esencial es en la música de Brahms, me pareció brillar especialmente en la dirección de Albiach. Magistralmente medidos desde el angustioso inicio de la sinfonía bajo la rítmica de los timbales, los matices dinámicos puestos al servicio de las sutiles texturas orquestales brahmsianas, tuvieron quizás momentos todavía más espectaculares en la primera parte de la velada, durante la interpretación del concierto. 
            En ello, desde luego, tuvo un protagonismo esencial el solista invitado; el magnífico pianista y compositor Pierre-Alain Volondat, comprendiendo a la perfección el carácter peculiarmente sinfónico del primero de los conciertos de Brahms, supo unirse a ese empeño por jugar sutilmente con las texturas y las intensidades, sin descuidar las medias tintas, en que basó el director valenciano su acercamiento a estas obras. Además, el solista francés añadió (y me refiero ahora a la otra grandeza de la revisita continua al gran repertorio) una concepción heterodoxa de su lectura, sobre todo en la elección de los tempi. Estas “sorpresas” añadieron un plus de frescura a una interpretación técnicamente impecable que fue ampliamente aplaudida por el público del Gran Teatro. Volondat respondió con una propina inesperada: la Danza Andaluza (op. 37, n. 5) de Granados. Como le gritó un entusiasmado oyente, Merci Monsieur.

  
Antonio Torralba

[Publicado hoy en EL DÍA DE CÓRDOBA]

miércoles, 16 de marzo de 2011

Vivaldi a capella (Cosas de Clase)

Me lo ha dado a conocer mi amigo Miguel y me ha parecido interesante y muy bien hecho, aunque sé que hay personas que tienen alergia a estas cosas "a capella".

lunes, 14 de marzo de 2011

She's always a woman



She can kill with a smile
She can wound with her eyes
She can ruin your faith with her casual lies
And she only reveals what she wants you to see
She hides like a child
But she's always a woman to me

She can lead you to live
She can take you or leave you
She can ask for the truth
But she'll never believe you
And she'll take what you give her as long as it's free
She steals like a thief
But she's always a woman to me

Oh, she takes care of herself
She can wait if she wants
She's ahead of her time
Oh, and she never gives out
And she never gives in
She just changes her mind

She will promise you more
Than the Garden of Eden
Then she'll carelessly cut you
And laugh while you're bleedin'
But she'll bring out the best
And the worst you can be
Blame it all on yourself
Cause she's always a woman to me

She is frequently kind
And she's suddenly cruel
She can do as she pleases
She's nobody's fool
But she can't be convicted
She's earned her degree
And the most she will do
Is throw shadows at you
But she's always a woman to me

miércoles, 9 de marzo de 2011

MANOS QUE CONQUISTAN LOS SENTIDOS

Como a veces publicamos colaboraciones de todo tipo, una seguidora bonaerense nos ha enviado esta crítica de un concierto del guitarrista argentino Hernán Diéguez. Como el blog tiene muchos seguidores por allá y también para que nos percatemos por aquí de la fuerza que el flamenco tiene al otro lado del Atlántico, nos ha parecido oportuno ceder este espacio a nuestra amiga.


CONMOCIÓN SENSORIAL DE UN MUNDO MUSICAL. MANOS QUE CONQUISTAN LOS SENTIDOS

"Cuando el mundo está en paz, cuando todas las cosas están en calma, cuando todas sus mutaciones siguen a las que son superiores, la música se completa, se verifica.
Cuando los deseos y las pasiones marchan por la ruta correcta, la música se perfecciona. La música perfecta tiene su causa, nace del equilibrio, el equilibrio emana del derecho, el derecho surge del sentido del mundo. Por eso sólo se puede hablar de música con un hombre que ha conocido el sentido del mundo" (…) (Hermann Hesse, Introducción del Juego de abalorios)

Me referiré aquí, en el siguiente ensayo, a la calidad artística de un músico, más aún, de un compositor de extraordinario virtuosismo y elegancia musical. Se trata de Hernán Diéguez, guitarrista argentino, autodidacta, creador de su propia ejecución.
Actualmente en escena con la obra cuyo nombre se conoce como Gira flamenca, lo mejor de Japón 2009/2010, producción en la que intervienen los siguientes artistas: Alicia Fiuri y Néstor Spada en coreografía; Claudia Montoya en canto; Fernanda de Córdoba en guitarra y, desde ya, Hernán Diéguez.
El pasado 23 de Enero visité la sala del Centro Cultural Borges con la sola pretensión de ver un espectáculo. Curiosamente me encontré con una exquisita representación musical que resulta un maravilloso marco para el desarrollo, también importante, de los cuadros coreográficos. La guitarra y su reino sensorial: una suerte de rapsodia musical que abraza una inmensidad de emociones en su estado puro. Como aterciopeladas melodías que tejen una constelación de suspiros. Esto es, una guitarra y su mano capaz de hacer llorar a los sueños.
El arte de Diéguez está más acá y más allá del lenguaje. Entonces, ¿Es posible describir su música casi perfecta,… del sentido del mundo? Pues diré que mi impresión de su belleza sonora estima percepciones de una singularidad peculiar, como cierta emoción perturbadoramente misteriosa. Un sonido poderoso, cargado de sensaciones hondas. Destacaré un solo de guitarra ejecutado por el mismísimo Diéguez, quien junto a su compañera Fernanda de Córdoba, parece expresar su arte dionisíaco.
El músico asume como fuente de inspiración diversos estilos que curiosamente logra resolver tras una identidad propia. Pero, ¿cómo poner en palabras lo que éste artista es capaz de provocar? Desde la profundidad de la empírea, el espectador es arrastrado por la prisa musical, a veces vertiginosa, de su cadencia increíble. Entre el tiempo de un movimiento y el otro se suceden una serie de armoniosas combinaciones que cautivan el ánimo de quien lo oye. Y éste, lejos de significar un simple espectador resulta pues envuelto en aquel mundo sonoro. (Revelaré como hecho a destacar que Paco de Lucía ha sido uno de sus espectadores. Pueden ustedes imaginar la predecible calidad artística)
Diéguez es un creador con un dominio mayor en la técnica de su instrumento. Su guitarra perfecciona la dulzura de sus esquíesenos y expresa su pujante naturaleza artística. Siempre en el límite de dar, sus manos parecen hilos que mueven el telar de lo vivo.
¿Qué nos depara el destino de su sonido? Su ritmo vibrante expresa cierta excitación convulsiva y sus melodías, jamás presupuestas, simulan giros locos. Así su mano sostiene armonías crueles que deja caer, para luego retornar con más fuerza aún.
En caída libre, entre el cielo y la tierra, entre la luz y las tinieblas,  Hernán Diéguez domina la técnica de su arte y pulso de las pasiones.
Un artista digno de su ser.                                                                                

 
  Isabella Azul