domingo, 24 de junio de 2012

Qué cosas

Ahora mismo no recuerdo dónde lo he leído u oído, pero al parecer una familia ha denunciado a la madre (y esposa, que la denuncia la han puesto al alimón el marido y los dos hijos), profesora de Lengua ella, por desviar presuntamente dinero privado de la casa al instituto en que trabaja. Sí, sí, esto parece como lo del niño que muerde al perro. Al parecer, primero eran pequeñas cosas: una alargadera, folios... Pero la cosa fue yendo a más. Pagaba de su bolsillo (de la saca de la unidad familiar) fotocopias para toda una clase (parece que como el material ha de ser gratuito o no sé que follón, el secretario le ponía pegas), desayunos para niños desnutridos, desodorante para volver fragantes discípulos del primer ciclo, tinta para la impresora, un ventilador (esto dijo en casa que era sólo para unos días, pero aún seguía allí ), un aparato de música, un cable para conectar algo con algo (hasta que trajeran el que habían encargado en el primer trimestre), libros, una conexión doméstica a internet de más megas para acceder a Séneca (un programa que se usa en los centros de enseñanza) y poder poner a tiempo las notas, una copia de una llave, una PDA que le habían robado por un descuido imperdonable de ella, llamadas de móvil a padres... hasta una excursión a un alumno pobre. A ver en qué queda la cosa.

sábado, 16 de junio de 2012

VOLATILIDAD ORQUESTAL

[14 de junio de 2012. Temporada de abono. Ludwig van Beethoven, Sinfonía n. 8 en fa mayor, Sinfonía n. 7 en la mayor. Orquesta de Córdoba. Leonardo Martínez Cayuelas, dirección. Gran Teatro de Córdoba. 20:30 horas.]
 

El penúltimo concierto de abono estuvo marcado por la volatilidad. Casi todos los movimientos (ocho en total) de las dos sinfonías de Beethoven que ocuparon la velada abrieron en equilibrio, arrancaron con empaque e incluso evolucionaron al alza en su inicio, pero a los minutos descendían incomprensiblemente perdiendo en ocasiones buena parte de la emoción acumulada en la apertura. A veces, se lograba remontar y concluir con efectividad, pero la sensación general era de tensión, de una alternancia un poco estresante entre momentos buenos o muy buenos y otros de cierto desajuste o indefinición: último movimiento de la Octava, tercero de la Séptima... Por suerte, la calidad del subyacente (en este orden: Beethoven, la Orquesta y el director invitado) lograron por lo general mantener la atención del público, pero se echaban en falta la solidez y seguridad necesarias para que se evidenciaran los matices que a veces se adivinaban sólo en el gesto de Martínez Cayuelas.

            Sin duda, esas y otras muchas cualidades volverán en el concierto de clausura de temporada, que promete sobre el papel ser grande. Hasta entonces, calma.



Antonio Torralba

[Publicado hoy en EL DÍA DE CÓRDOBA]

domingo, 10 de junio de 2012

BELLEZA SINFÓNICA PARA SIEMPRE


[7 de junio de 2012. Temporada de abono. Franz Schubert, Sinfonía n. 5 en si bemol mayor. Antonin Dvorak, Sinfonía n. 7 en re menor. Orquesta de Córdoba. Virginia Martínez, dirección. Gran Teatro de Córdoba. 20:30 horas. Lleno. ]

Cuando concluyó el concierto del jueves, con la Jota del Candil ofrecida por nuestros músicos en apoyo a la Orquesta de Extremadura, la formación cordobesa había logrado con creces seducir al público con la interpretación vibrante de dos obras maestras del sinfonismo decimonónico. Mejor aún en la penúltima obra de juventud del gran Schubert que en la compleja partitura de Dvorak, la directora Virginia Martínez demostró sorprendente madurez y criterio al frente de la orquesta cordobesa, que nos pareció especialmente volcada en sumar emoción a estas bellas páginas del arte de occidente.  Conviene garantizar el retorno continuo de estas joyas, entre otras cosas, mediante el decidido apoyo a nuestras orquestas, sin cuya labor esa música asombrosa no existe. Pensaba en estas cosas de la crisis mientras sentía el milagro grande de los dos primeros tiempos de Schubert. Y luego de nuevo, bajo la grave austeridad del arranque de la "gran sinfonía en re menor". De buena gana hubiera emulado a su autor, que pegó una foto del director Hans von Bülow en la primera página de la partitura y escribió debajo: "¡Gloria! Tú has dado vida a esta obra". Ese grito debiera ser también nuestro homenaje a Virginia Martínez, la Orquesta de Córdoba y todas las demás.   

Antonio Torralba

viernes, 8 de junio de 2012

UN LEMA

Enseña de manera que no te sorprendan los resultados de los exámenes.