SÁBADO, 19 DE NOVIEMBRE DE 2011
13:00 HORAS
SALÓN MUDÉJAR. RECTORADO UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
CONGRESO INTERNACIONAL: EL UNIVERSO DE GÓNGORA
Entrada libre hasta completar aforo
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CUERDAS MUEVE DE PLATA
Góngora
entre los músicos de su tiempo
Anónimo
(S.
XVII)
Folías,
glosas
instrumentales
Bartolomé
de Selma y Salaverde (h.
1580-h. 1638)
Gallarda
y Corrente, danzas
Luis
de Briceño (h.
1580-¿)
Dança
llamada La Españoleta y Gran Chacona, danzas
Andrea
Falconiero (1585-1656)
Gallarda,
La Monarca y Brando dicho el Melo, danzas
Luis
de Góngora (1561-1627)
[Atribuidas]
Gallarda,
Pasacalle y Jácara,
Emilio
de Cavalieri (h.
1550-1602)
Gran
Duque de Florencia y Vuelta, glosas
Anónimo
(S.
XVII)
Marizápalos,
glosas
Santiago
de Murcia (1673-1739)
Zarambeques
y Fandango, danzas
Pablo
Minguet e Yrol (1736-1801)
Seguidilla,
danza
Santiago
de Murcia (1673-1739)
La
Jota,
danza
CINCO SIGLOS
Miguel Hidalgo, guitarra barroca y dirección
Antonio Torralba, flautas
Gabriel Arellano, violín barroco
José Ignacio Fernández, bandurria
barroca
Daniel Sáez, violonchelo barroco
Antonio Sáez, percusión
CUERDAS MUEVE DE PLATA
Góngora
entre los músicos de su tiempo
Los tiempos que median entre las vidas
de Velázquez y Goya acogieron el tercer gran momento de la música hispana para
instrumentos.
El primero,
lleno de laúdes, rabeles y axabebas, correspondió a la baja Edad Media y está
marcado por la compleja realidad mudéjar. El segundo, el pleno Renacimiento de
los violones, las vihuelas y los órganos, supone la particular visión autóctona
del arte europeo de la glosa. Y este tercero, rebosante de seguidillas,
zarabandas, jotas, españoletas y fandangos, viene a culminar los dos anteriores,
teniendo como especiales protagonistas a la guitarra barroca
de cinco órdenes y a su pequeña compañera, la bandurria. Ambas
suponen la cristalización de emblemáticos instrumentos que anduvieron entre las
manos de los músicos españoles desde muy antiguo. Desde ese primer momento a
que aludíamos, suenan en las miniaturas del rey Alfonso X y entre
los juglares del Libro de Buen Amor; y, luego, en los
mesones y plazuelas de la novela picaresca, en los versos de los cancioneros,
en las comedias de Lope de Vega y en el arte sutil de Luis de Góngora, él mismo
tañedor.
En efecto, y
aunque esto último no es muy conocido, Góngora fue músico. Y no ya sólo porque
amara las palabras: su timbre, el ritmo grave o alegre con que se ordenan en
los versos, los juegos con que imitan los sonidos del mundo… Buscaba también la
compañía de los instrumentos músicos, a cuyo arrimo engañabas las horas de los
días perezosos, con cuyo ejercicio modulaba la melancolía. Don Luis de Góngora
y Argote, el príncipe de los poetas españoles, tocaba la bandurria y la
guitarra (llegó a ir a juicio al negarse a devolver una que le habían prestado)
y frecuentaba a comediantes y tañedores por ser –son sus palabras- “tan
aficionado a la música”.
En el manuscrito
4118 de la Biblioteca Nacional de España, uno de los
considerados buenos de entre los que transmiten las obras del poeta, hay varias
piezas de bandurria que los especialistas consideran salidas de la inspiración
musical de Góngora, o, al menos, habituales del repertorio que lleno sus soledades.
Las hemos incluido
en nuestro recital, dos de ellas en versión de cámara (“música de sala” se
decía a la sazón), y las hemos rodeado, en la primera sección, de otras de
autores coetáneos (Bartolomé de Selma, Luis de Briceño y Andrea Falconiero) y anónimas.
La
segunda parte abunda en la larga vida que aquellas danzas y tañidos forjados en
el primer barroco español tuvieron en el mundo del teatro y de las escuelas de
baile; en los ambientes populares y cortesanos.
Junto a las
ventanas que los lienzos de Sánchez Cotán, Velázquez o Zurbarán abren sobre
nuestros Siglos de Oro hay un suave son de instrumentos músicos que
los inunda, que da tibieza a los cuerpos que salen de la oscuridad,
sentido a sus gestos, sabor a los manjares de los bodegones, aromas al vino o
las flores… Pudieran ser algunos de los que suenan hoy para ustedes.
Antonio Torralba
CINCO SIGLOS
Desde 1990, fecha de su
fundación, el GRUPO CINCO SIGLOS viene dedicándose al estudio y difusión de los
repertorios instrumentales más desconocidos de la llamada música antigua, con
especial énfasis en aquellos que se mueven en la feraz frontera entre lo culto
y lo popular. En los comienzos, el
trabajo se centró en los repertorios medievales, aunque desde hace algunos
años, el grupo viene dedicándose también a las músicas del Renacimiento y el
Barroco.
Fruto de todos estos trabajos
han sido numerosas producciones de concierto, varios registros fonográficos y
diversas publicaciones científicas.
Los recitales de CINCO SIGLOS (tales como TRÍPTICO
MEDIEVAL, DANZAS DE LA EDAD MEDIA EUROPEA, MÚSICAS DE LA ESPAÑA MUDÉJAR, AIRES
Y DANZAS DEL BARROCO HISPANO, GLOSAS DE PALACIO, etc.) han sido llevados con
éxito a los más prestigiosos festivales europeos: Royaumont, Chateau de la
Roche-Guyon, París, Bolonia, Segovia, Torrechiara, Sarajevo, etc.
Las grabaciones discográficas, de gran reconocimiento por
parte del público y la crítica, han sido: UNOS TAN DULÇES SONES (1995), DANSSE
REAL (1996), MÚSICAS DE LA ESPAÑA
MUDÉJAR (1997), BEL FIORE DANÇA (1999), SONES DE SEFARAD (2001), IBAN TAÑENDO
(2003), UNA DANZA A SONARE (2003), GLOSAS NUEVAS SOBRE VIEJAS DANZAS (2006).
SONES DE PALACIO, BAILES DE COMEDIAS (2008) y CUERDAS MUEVE DE PLATA (2011). CINCO SIGLOS ha realizado grabaciones
para radio y televisión, y ha colaborado en la película de Carlos Saura,
Iberia (2005).
Las investigaciones del grupo (sobre repertorios, interpretación,
organología, iconografía musical, etc.) han ejercido un influjo constatable en los
diversos campos de la música histórica.
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