jueves, 2 de octubre de 2008

La casa de cristal

Honrando la memoria de una dama muerta (Christiane Eberhardine), un poeta (Johann Christoph Gottshed) escribió:

La casa de cristal eterna
en tus ojos vive, señora,
lejos de bajezas que adora
aquesta vida vil terrena.

Como a la luz de tanto sol
pareciera negro este día,
el astro rey palidecía
ante la faz de tu candor.


Bueno, él lo escribió en alemán, pero me imagino que sonaría, menos o más, así. Pongo el original no obstante:


Der Ewigkeit saphirnes Haus
Zieht, Fürstin, deine heitern Blicke
Von unsrer Niedrigkeit zurücke
Und tilgt der Erden Dreckbild aus.

Ein starker Glanz von hundert Sonnen,
Der unsern Tag zur Mitternacht
Und unsre Sonne finster macht,
Hat dein verklärtes Haupt umsponnen.



Un músico (Johann Sebastian Bach), tomó esas palabras, las guisó, les echó la sal ... e hizo perfectamente olvidables no sólo a los intermediarios, sino a la propia muerta; si no a la propia muerte.






Ian Bostridge canta con la Europa Galante de Fabio Biondi este aria de la cantata 198

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