[6 de octubre de
2011. Concierto Extraordinario de Reapertura del Teatro Góngora. Ludwig van
Beethoven, Concierto para violín y
orquesta en re mayor, op. 61. Johannes Brahms, Sinfonía n. 1 en do menor, op. 68. Amaury Coeyteaux, violín. Orquesta
de Córdoba. Manuel Hernández Silva, dirección. Teatro Góngora. 21:00 horas.]
Desde los golpes
de timbal con que arranca el sublime concierto de Beethoven, la emoción
protagonizó la velada musical del jueves en el Teatro Góngora. Un numeroso público,
formado en buena parte por políticos y representantes de la vida cultural
cordobesa, se congregaba para celebrar la reapertura del teatro, que pretende
sumarse a la promoción de las artes escénicas en una ciudad que aún ha de
avanzar mucho en ese campo. Desde los cuatro suaves golpes de timbal con que
comienza el despliegue del maravilloso poema sonoro de Beethoven, hasta la
chispa rítmica de la propina de Ruperto Chapí que cerró el acto, quienes
asistíamos al evento quedamos gratamente sorprendidos por la acústica hermosa y
clara del lugar, magníficamente rehabilitado desde la premisa que mejor sienta
a la arquitectura: la austeridad en el presupuesto. La Orquesta de Córdoba sonó
de una manera nueva y brilló a un alto nivel, tanto acompañando al joven
virtuoso francés Amaury Coeyteaux, larga y justamente aplaudido, como haciendo
sonar la intensa versión que su director ofreció de la otra joya de la noche:
la primera de las sinfonías de Johannes Brahms.
A la armonía entre acústica arquitectónica
y talentos musicales varios, se sumó la del contenido de los breves discursos
que también encontraron su sitio en la velada. Tanto el concejal de cultura y
presidente del IMAE como el alcalde de la ciudad tuvieron palabras cálidas de
agradecimiento para todos los que habían trabajado en el proyecto, incluyendo
especialmente a los responsables de anteriores corporaciones. Y dejaron claro
su compromiso con el futuro de la orquesta. También Hernández Silva, que habló
al comienzo de la segunda parte, añadió su granito de arena sugiriendo
igualmente una armonía entre todas las artes como forma de rentabilizar los
escasos recursos que auguran estos tiempos de crisis. Ojalá se trabaje cada día
por la cultura de Córdoba desde las premisas que se expresaron y se sintieron
el jueves en el nuevo Teatro Góngora.
Antonio
Torralba
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