CERVANTES Y LA MÚSICA 115
LOS CURSADOS ALBOGUES
"aquí, los cursados albogues; quién con coloradas cintas adornaba sus castañetas para los esperados bailes."
(GALATEA, III)
Prometimos en nuestra extensa entrada 39ª ("Albogues son") volver un par de veces más sobre el arduo tema de los albogues. Llegados a la idea de que se trataba de un aerófono de lengüeta, tratábamos de dilucidar si se trataba de una gaita "con bolsa", como afirmaba claramente Diego de Guadix (1593), o si, como pudiera apuntar la pervivencia del nombre, sería un instrumento del tipo de la alboka vasca y otras "gaitas" sin bolsa ibéricas: gastoreña, de la Sierra de Madrid, etc. Es decir, en lo básico, una espita o lengüeta simple de caña inserta en un tubo de caña o madera con agujeros y rematada por un cuerno.
Hay que considerar que cuando suenan dos tubos (como ocurre en la mayoría de las albokas) el efecto sonoro es muy parecido al de la gaita.
Puede ser el momento de recordar dos referencias medievales; de Juan Ruiz Arcipreste de Hita. La primera sitúa nuestro instrumento en el grupo de los pastoriles ("los instrumentos pastorales" dirá Cervantes):
"El pastor lo atiende por fuera de la carrera;
taniendo su çanpoña e los albogues, espera;
tanía el rabadán la çítola trotera,
su moço el caramillo fecho de cañauera."
La segunda lo señala como apartado del mundo musical árabigo:
"Albogues, e mandurria, caramillo, e çampoña
non se pagan de arábigo quanto d'ellos Boloña."
Paramos por hoy aquí, recomendando esta lectura:
http://cvc.cervantes.es/literatura/arcipreste_hita/…/rey.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario