En los manuscritos 1370 al 1372 de la Biblioteca Nacional se encuentran las tres voces de un villancico maravilloso cuya composición en el siglo XVII hemos visto a veces atribuida (creemos que por error) a Mateo Romero. Se trata de una versión a lo divino de la célebre "Mañanicas floridas" que versionaron Lope de Vega y Calderón entre otros.
Aquí se llama "Soberana María" y es un prodigio literario y musical salido de la pluma de uno o dos autores anónimos del XVII. La invocación a las estrellas es bellísima y la elevación conceptual soberbia. La Virgen ha de arropar al Niño, pero el plano se eleva y son las nocturas estrellas las que han de abrigar a su vez a la Virgen (abrigad a la virgen entre vuestros brazos). Y luego están los últimos versos que emocionan aún más. La palabra árabe aljófar (perla irregular y también el conjunto de esas perlas) es un hallazgo poético. Las lágrimas del Niño son el aljófar. Coged el aljófar (sigue invocando a las nocturnas estrellas) de los ojos claros. "Mirad que es tesoro de precio tan alto/ que una gota suelda todos nuestros daños."
[Grabación durante un ensayo el 14 de diciembre de 2014]