jueves, 31 de diciembre de 2009

El año viejo y el nuevo

Un año para recordar con nostalgia. 2009

Glosas sobre "Qu'es de ti desconsolado" de Juan del Encina.
CINCO SIGLOS
Grabación en vivo. Diciembre de 2009




Y otro para afrontar con alegría. 2010

Glosas sobre "Pedro y bien te quiero" de Juan del Encina.
CINCO SIGLOS
Grabación en vivo. Diciembre de 2009




¡FELIZ 2010!

lunes, 21 de diciembre de 2009

Lección de arte

[19 de diciembre de 2009. Conciertos Extraordinarios de Navidad II. Ludwig van Beethoven, Concierto para piano y orquesta n. 3, Op. 37 en do menor; Concierto para piano y orquesta n. 5, Op. 73 en mi bemol mayor. Javier Perianes, piano. Orquesta de Córdoba. Manuel Hernández-Silva, dirección. 20:30 horas. Lleno]

Como era de esperar (véase mi crítica de anteayer en estas mismas páginas), la segunda sesión dedicada a la integral de los conciertos para piano de Beethoven no defraudó a quienes ya habíamos disfrutado la primera. También en ésta, la disposición de las obras constituía una interesante lección de estética musical. Si el tercero de los conciertos puede encarnar la transición entre los dos primeros estilos beethovenianos (el de formación y el de madurez o “heroico”), el “Emperador” es la clara culminación de ese último que, en lo relativo a la forma musical que nos ocupa, viene marcado por el desdibujamiento de las nítidas estructuras clásicas y por el agigantamiento inusitado de las proporciones.

Los intérpretes, aun con pequeñas incidencias en las que sería mezquino detenerse, estuvieron más que a la altura de la grandeza de la música y culminaron con solvencia y momentos de intensa emoción la proeza que en nuestro tiempo supone abordar en dos días las cinco obras maestras para piano y orquesta de Beethoven. Emociona constatar cómo el arte se beneficia a menudo de los retos, de las dificultades, de los esfuerzos que parecen sobrehumanos.

Beethoven compuso el concierto en do menor en 1800 y volvió varías veces sobre él en los tres años siguientes. El día del estreno (5 de abril de 1803) todavía estaba revisando fragmentos de la parte solista. En la velada se interpretarían además la Primera Sinfonía y otros dos estrenos: el oratorio Cristo en el Monte de los Olivos y la Segunda Sinfonía. El único ensayo del programa completo se realizó aquel mismo martes en que, a las cinco de la mañana, Beethoven estaba aún copiando las partes de trombones del oratorio. El ensayo comenzó a las ocho y terminó a las seis, con un breve descanso a las dos y media, en el que el Príncipe Lichnowsky llevó vino y comida antes de solicitar que repasaran de nuevo el oratorio. Beethoven tocaba y dirigía en el concierto. Su amigo Ignaz von Seyfried, que le pasaba las hojas, dijo que su tarea fue tan fácil como desconcertante: la mayoría de las páginas estaban en blanco; aquí y allá, algunas anotaciones jeroglíficas que él no podía entender y ante cuya sorpresa el maestro sonreía. Retos y proezas de otros tiempos.

El impresionante “Gran Concierto” en mi bemol mayor fue compuesto por un hombre que sufría dificultades más hondas, mucho más profundas que las premuras o los imprevistos. La pérdida progresiva por enfermedad del sentido con que trabaja un músico (“si yo perteneciera a cualquier otra profesión esto sería más fácil, pero en la mía es algo aterrador”) fue convirtiéndose en un obstáculo demasiado doloroso (“…por supuesto que estoy resuelto a elevarme por sobre cualquier obstáculo, pero cómo será esto posible”) contra el que tuvo que seguir luchando muchos años para hacer con su música lo más noble que un ser humano puede hacer: contribuir a la felicidad de los demás.

Antonio Torralba

[Publicado hoy en El Día de Córdoba]

viernes, 18 de diciembre de 2009

[18 de diciembre de 2009. Conciertos Extraordinarios de Navidad I. Ludwig van Beethoven, Concierto para piano y orquesta n. 1, Op. 15 en do mayor; Concierto para piano y orquesta n. 2, Op. 19 en si bemol mayor; Concierto para piano y orquesta n. 4, Op. 58 en sol mayor. Javier Perianes, piano. Orquesta de Córdoba. Manuel Hernández-Silva, dirección. 20:30 horas. Lleno]

Una extraordinaria lección de música, a cargo de Beethoven, Perianes, Hernández-Silva y la Orquesta de Córdoba, ha sido el regalo de Navidad que los responsables de esta formación han querido ofrecer a sus seguidores.

En la primera de las dos sesiones de que consta (la segunda es hoy mismo) pudimos degustar los dos primeros y el cuarto de los cinco conciertos para piano que integran la aportación genial de Beethoven a la forma. Escucharlos juntos en una sola velada subraya el asombro que la evolución del lenguaje musical del genio de Bonn experimenta en tan solo unos años: el paso de la estética clásica (modelada por las influencias de Haydn y Mozart) a la romántica, resultado de su sorprendente evolución expresiva. Formalmente, nos parece estar ante los mismos esquemas: un primer movimiento rápido modelado sobre esa especie de novela con sonidos que conocemos como “forma-sonata”, un segundo tiempo de efusión lírica y un alegre rondó final. Pero mientras en los dos primeros conciertos el diálogo entre el solista y la orquesta está guiado por el educado protocolo, por la galantería de las buenas formas, el cuarto es otra cosa. El encanto es suplantado por la pasión, por la fantasía que desborda a cada paso los antiguos moldes. La relación entre el piano y la orquesta (el singular comienzo sin el habitual tutti orquestal ya lo muestra) es más cercana, más libre, más romántica. Orfeo lucha con las furias, según el programa tradicionalmente atribuido al contrastante segundo movimiento.

También los intérpretes nos dieron una lección de técnica al servicio de la expresividad. Perianes es un pianista que parece reunir todas las cualidades imaginables: sonido, claridad, virtuosismo, empatía con los músicos y el público. Estuvo brillante. Él sobre todo, pero también nuestra orquesta y su director, lograron dejarnos con ganas de escuchar los dos conciertos restantes. A poco que su realización de hoy se aproxime a la excelencia de la que comento, el gesto valiente de afrontar los cinco conciertos de Beethoven en un par de sesiones será también como decía una inolvidable lección de música. Y por parte de sus promotores una no menos encomiable lección de gestión cultural de altura.

Antonio Torralba

[Publicado hoy en El Día de Córdoba]


martes, 8 de diciembre de 2009

CULTURAL, ARTÍSTICO Y DEPORTIVO

En estos días se debate en los centros de enseñanza secundaria el documento que sobre su nueva organización propone la Junta de Andalucía.

Un aspecto llamativo del mismo es la regulación de los departamentos didácticos, es decir, de los órganos colegiados que tradicionalmente han venido agrupando a los profesores de una misma materia.

El aspecto novedoso es que la Consejería ha pensado que no debe haber, por ejemplo, un Departamento de Geografía e Historia y otro de Filosofía, como ha venido ocurriendo desde antaño, sino un nuevo y unificado Departamento Social y de Ciudadanía, al que también se adherirán, por cierto, los profesores de Economía. Los idiomas se agruparán en un Departamento de Lenguas Extranjeras; Física y Química, Biología y Geología, Tecnología e Informática en uno llamado Científico-Tecnológico, etc.

Aunque mi especialidad no es la educación de adultos, creo intuir, por la nueva nomenclatura, el error de concepto que justifica esta modificación. Quienes gestionan la enseñanza han creído que se fomentan las competencias educativas (las famosas ocho capacidades que la enseñanza ha de promover en el alumnado) poniendo sus nombres a los departamentos. Es éste un tic relativamente habitual en la evolución reciente de la legislación educativa: confundir objetivos con contenidos. Si por ejemplo un objetivo de la materia Biología puede ser concienciar a los alumnos de la importancia del cuidado del medio ambiente, pues directamente cambio el nombre a la materia y la llamo Medio Ambiente. Si un objetivo de Latín es fomentar el conocimiento de la cultura clásica está claro que hay cambiarle el rótulo: Cultura Clásica en adelante.

Algunas asignaturas ya han nacido así con sus nombres-objetivo puestos: Educación para la Ciudadanía. Pero estos nombres, estas formas de llamar, de organizar restan aroma a los saberes, los diluyen, los reducen, los empobrecen… Porque suelen consistir, como digo, en la elección de un objetivo. Y en el olvido de los contenidos. Siempre sin mesura los cambios, siempre a bandazos; para que se nos note.

¿Y qué han hecho con esas asignaturas que ya tradicionalmente (del siglo XVIII para acá) han tenido una presencia escasa en las enseñanzas generales? Pues las han considerado tan importantes que las han puesto juntas.

Los profesores especializados en María Magdalena, Maria de Betania y María Salomé se unen en un departamento con nombre de ateneo de provincias: el Departamento Cultural, Artístico y Deportivo. “Pertenecerá a este departamento el profesorado de las especialidades de dibujo, de música y de educación física”.

Desde él, como las santas mujeres, seremos testigos de una resurrección humanística y científica sin precedentes.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Sonidos del Siglo XIX

[3 de diciembre de 2009. Temporada de abono. Edward Elgar, Serenata para cuerdas en mi menor, Op. 20. Niccolò Paganini, Concierto para violín y orquesta nº 1 en Re mayor, Op. 6. Ludwig van Beethoven, Sinfonía n. 2 en re mayor, op. 36. Francisco Montalvo, violín. Orquesta de Córdoba. Adrian Leaper, dirección. 20:30 horas]

Muestra interesante de la variedad musical del XIX la que ofreció el jueves la Orquesta de Córdoba. Estuvo dirigida para la ocasión por el actual director de la de RTVE, el inglés Adrian Leaper, y contó con otro invitado de lujo: el joven (17 años) y brillante violinista cordobés Francisco Montalvo.

La variedad fue cronológica (de Beethoven a Elgar), formal (una serenata, un concierto y una sinfonía), de intención estética… y, por qué no decirlo, de calidad; en efecto, un abismo separa la verdad musical de Beethoven (que hace una obra para la Humanidad) de los malabarismos un tanto intrascendentes de Paganini, quien, en cierto modo, hace una obra para sí mismo. En un punto medio (más del lado de la emoción intemporal, por supuesto), la obrita de Edward Elgar.

Su Serenata para cuerdas en mi menor, que abrió la velada, es una pieza en tres breves movimientos escrita en marzo de 1892. Los tres (en especial, el segundo) son una maravilla: piezas de ésas que deleitan por igual a los públicos versados y a los que se acercan por primera vez a las músicas cultas. Es ésta una cualidad de buena parte de la música inglesa en todas las épocas y se fundamenta en gran medida en algo que destacaron sus observadores desde antiguo: la contenance angloise es una mezcla de elegancia y sencillez.

Frente a ella, y el contraste pareció jugar en su contra, los alardes de Paganini: su concepción circense del instrumento, su idea de la forma concierto como una carrera de obstáculos a cuya meta llega el intérprete a veces, pero casi nunca la música. Era la primera vez que escuchaba en directo a Francisco Montalvo y me hubiera gustado haber disfrutado su arte con otro repertorio en el que sus cualidades evidentes (belleza de sonido, fraseo expresivo…) hubieran brillado más; y que no hubiera puesto tan al límite su indiscutible virtuosismo. Tiempo (y oportunidades) habrá en el futuro de apreciarlo y de poderse unir sin reservas a la calurosa ovación que le brindó el público que llenaba el Gran Teatro.

En la segunda parte, que nos llevaba a los albores del siglo, el disfrute fue total. Leaper nos ofreció una lectura elegantísima de una obra maestra: la Sinfonía n. 2 de Beethoven. Y la Orquesta de Córdoba estuvo a la altura. De nuevo el segundo tiempo, un Larghetto como en la obra de Elgar, alcanzó a mi juicio el punto culminante de la noche. Y nos murmuró al oído el secreto del que toda la música habla.

Antonio Torralba

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Vox populi, vox Dei

En el tren de regreso a Viena, Mahler expresó su desconcierto por el éxito de su colega. Tenía a Salomé por una obra importante y audaz -"una de las mas grandes obras de nuestro tiempo", afirmó más tarde- y no podía entender cómo era posible que al público le hubiera gustado tan rápidamente. Pensaba, al parecer, que el genio y la popularidad eran incompatibles. En el mismo vagón viajaba el poeta y novelista estirio Peter Rosegger. Según Alma, cuando Mahler expresó en voz alta sus reservas, Rosegger contestó que la voz del pueblo es la voz de Dios: vox populi, vox Dei. Mahler le preguntó si se refería a la voz del pueblo en el momento presente o a la voz del pueblo con el paso del tiempo. Nadie parecía saber la respuesta a esa pregunta.

Alex ROSS, El ruido eterno. Trad. de Luis Gago. Seix Barral, Barcelona, 2009. pp. 26-7

domingo, 8 de noviembre de 2009

En re mayor

[6 de noviembre de 2009. Concierto de inauguración de la temporada de abono. Ludwig van Beethoven, Concierto para violín y orquesta op. 61 en re mayor. Johannes Brahms, Sinfonía nº 2, op. 73 en re mayor. Katrin Scholz, violín. Orquesta de Córdoba. David Giménez Carreras, dirección. 20:30 horas]

En re mayor, en efecto, quiso sonar la Orquesta de Córdoba en la inauguración de su temporada de abono 2009-2010. Es la “tonalidad de la gloria”, la del dorado, como la consideraba Scriabin, la de la celebración solemne…; y también la de muchos de los grandes conciertos para violín, como el monumental de Ludwig van Beethoven (1770-1827), que ocupó la primera parte de la velada en manos de la virtuosa alemana Katrin Scholz. Su interpretación y la de la orquesta, aunque no acabaron de cuajar del todo en ninguno de los tres movimientos, tuvieron bastantes momentos de belleza y emoción intensas que el público (algo menos de tres cuartos de entrada) agradeció aplaudiendo largamente.

Menos aplausos recibió (y también me pareció justo el juicio del respetable) la versión que David Giménez Carreras (el director invitado) y nuestra orquesta ofrecieron de la otra gran obra de la noche. En la Sinfonía n. 2 de Johannes Brahms (1833-1897) se oyeron acentuados algunos de los problemas de coordinación y afinación (no sólo de los vientos) que habían ensombrecido un poquito la primera parte. Y esta vez sí estuvieron a punto de arruinar el disfrute, de aguar el paseo por el campo del sur austriaco que algunos contemporáneos (buscando el paralelismo con la Pastoral de Beethoven) vieron en esta obra del verano de 1877.

Así las cosas, el bienintencionado pórtico de temporada en re mayor no lució del todo: cosas del arte, de la música, de lo humano. Cosas del directo. La temporada irá a mejor.

Una orquesta es algo vivo, que tiene días peores y mejores, que se crece con el entusiasmo, que a veces se aburre o enferma, que le duele aquí o allá. Porque es un organismo, una estructura en la que todos dependen de todos. Me viene a la mente una escena memorable de una película de Fellini, Prova d’orchestra. Dos músicos hablan de eso:
-El primer violín es el cerebro, la cabeza y el corazón de una orquesta.

-¡Y el clarinete es la minga!

Antonio Torralba

[Publicado hoy en El Día de Córdoba]

sábado, 7 de noviembre de 2009

miércoles, 4 de noviembre de 2009

López Vázquez

Una de muchas. Cuando van al prostíbulo (en La colmena) don Tesifonte Ovejero (Sazatornil) y él (Leonardo Meléndez):
- Pero ¿qué lar da, amigo Tesifonte, qué lar da?

martes, 3 de noviembre de 2009

El humor de Rossini

[1 de noviembre de 2009. Gioacchino Rossini, L’Italiana in Algeri. Gustavo Tambascio, dirección escénica. Jesús Ruiz, escenografía y vestuario. Manuela Custer, Isabella; José Luis Sola, Lindoro; Simón Orfila, Mustafá; Enric Martínez-Castignani, Tadeo; Soledad Cardoso, Elvira; Ángel Jiménez, Hally; Julia Arellano, Sulima. Coro de Ópera “Cajasur”; Diego González Ávila, director. Orquesta de Córdoba; Carlos Aragón, director musical. Una coproducción del Teatro Villamarta de Jerez y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Gran Teatro de Córdoba. 19:00 horas. Casi lleno]

En su Vida de Rossini, Stendhal recuerda un momento memorable de La italiana en Argel. Tras escuchar el lloroso lamento de Elvira, a la que el bey Mustafá tiene abandonada en su harén, éste contesta lo más inesperado, lo más alegre, lo más natural e ingenuo que puede salir de la locura italiana: “Querida, me acabas de romper el tímpano” (Cara, m’hai rotto il timpano). Gioacchino Rossini (1792-1868) es fiel hasta el extremo a un género (el bufo) que consiste, habla de nuevo Stendhal, en una “locura organizada y completa”.

Para remar a favor de esos disparates maravillosos que organizan el libreto y la música de esta ópera, Gustavo Tambascio idea una delirante puesta en escena que traslada el argumento original a un imaginario hotel de la Argelia francesa de los años treinta: el Bey, Grand Hotel International. Mustafá es su hilarante propietario polígamo, que acaba de cansarse de su favorita Elvira; la llegada de Isabella (con look holliwoodiense) y Tadeo (un play boy con bigotillo) se justifica por un aterrizaje forzoso de su hidroavión en la playa; y Lindoro aparece como un empleado, atado a un contrato “esclavizante”. El muchacho es objeto del deseo no sólo de las jóvenes del serrallo, sino también del jefe de seguridad del hotel, Haly, quien, encarnado por el bajo Ángel Jiménez, protagoniza uno de los momentos más divertidos del montaje. Su aria Le femine d’Italia, cantada mientras se va quitando su masculino traje de jefe de seguridad y mostrando la lencería femenina que lleva debajo, evidenció que este cantante, además de una excelente voz, tiene indudables cualidades cómicas: hizo reír a carcajadas por igual al público que entiende (de ópera) y al que no.

Lo mismo puede decirse, en mayor (el Mustafá de Simón Orfila) o menor (el Lindoro de José Luis Sola) medida, del resto del reparto, que comprendió perfectamente que todo debía enfocarse en función de la sensual locura, de la guasa elegante (excelente vestuario del cordobés Jesús Ruiz) en que se fundamenta la propuesta escénica de Tambascio y su equipo. Imaginación y talento al servicio de una música deliciosa que no se puede escuchar sin sonreír. Por eso se cantaban pasajes difíciles dando saltos, temblando por el efecto de la cafeína… o como hiciera falta. Pensando antes en la dramaturgia que en el diafragma.

En lo musical, la protagonista absoluta fue la mezzosoprano italiana Manuela Custer, que cantó con admirable frescura e hizo gala de una musicalidad deliciosa. También me gustaría destacar el buen hacer del coro y de la Orquesta de Córdoba, eficazmente dirigidos por el sevillano Carlos Aragón.

El arte de Rossini, por voluntad propia y por temperamento, tuvo mucho en común con el de su admirado Mozart. Ambos comparten una concepción del teatro musical que parece tener como ley suprema la autoprohibición de rozar la línea de la grandilocuencia o de la pesadez. Ambos vinieron al mundo (una vez más, Stendhal hablando de Rossini) para ayudarnos a olvidar sus tristezas.

Antonio Torralba


[Publicado hoy en El Día de Córdoba]


PD.: Esto puede ser un rollo mío, pero algunos retratos de Rossin me recuerdan al humorista Paco Gandía.




martes, 27 de octubre de 2009

Microrrelatos y microcríticas

Propuse el célebre (y estomagante por repetido) microrrelato de Monterroso:

"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí"

Coméntalo muy brevemente. Escribió:

"Me resulta largo"

Me hizo gracia e insistí. ¿Y el de Luis Felipe Lomelí que se llama El emigrante? Dice así:

"¿Olvida usted algo? -¡Ojalá!"

Escribió:

"¡Ah!"

sábado, 24 de octubre de 2009

Apronenia Avitia



Las tablillas de boj de Apronenia Avitia. Quien quiera compensar la visión grisácea de la película Ágora que comentábamos hace unos días, hará bien en tomar en sus manos este libro de 1984 (la traducción de Encarna Castejón para Espasa Calpe es de 2003). La lectura de las 32 páginas de la introducción es una experiencia apasionante. La de la transcripción de las extrañas notas de esta patricia que vivió, como quizás Hipatia, en el siglo IV es, además, inolvidable. Las anotaciones de Apronenia en sus tablillas de boj son extrañas por su moderna brevedad. Por su variedad también: cuentas, listas de cosas que ha de recordar, retazos de diario, memoria de placeres, olores, sabores, emociones... Cada una sin excepción (hasta las más aparentemente anodinas) es un ventanal (casi siempre más bien un ventanuco) al pasado.
Copiaría el libro entero en vez de sólo estos botones.

XXVII. Olores odiosos

Cuento seis olores odiosos. El olor que exhalan los juncos de una ciénaga desecada.
Un niño de pecho que ha vomitado la leche de la madre sobre su túnica.
La guarida de la víbora.

XXX. Palabras de borracho de Esp. Posidio Barca

Espurio se emborrachó y recordó balbuceando a Gabba, a la que amó hace cuarenta inviernos. Gabba lleva treinta inviernos muerta. Fue antes de que yo conociera a Aconia Fabia Paulina, el año en que Vetio Agorio Pretextato fue prefecto de la Ciudad, durante el consulado de Flavio Afranio Siagrio. Un hombre que alaba a una mujer que conoció hace mucho y que está muerta es muy desagradable. Despierta celos de un cuerpo que la tierra se ha tragado, de un pensamiento devorado por la nada. Una se siente estúpida e injusta.

CL. Calpetano afina su lira y canta

Las criadas colocan las sillas de tijera en torno al brasero. La oscuridad se apodera del cielo. Se han preparado infusiones con miel, y también huele a vino con especias. Calpetano entra con nosotros, afina la lira y entona el canto de los salianos y el canto de los hermanos arvales. Guardamos silencio y estudiamos la forma de los dedos de nuestros pies.

CLV. Signos de la vejez

Spatale ha dejado de depilarse el pubis

CLVI. Orificios del cuerpo

Tengo la impresión de que los nueve orificios de mi cuerpo están inútilmente abiertos. Sin duda empiezan a darse cuenta de que dan al vacío. Mis nueve orificios empiezan a hablar con el silencio de la muerte.

CLVIII. Cosas que distraen del aburrimiento

Entre las cosas que distraen en los momentos de aburrimiento, mencionaré el vino.
Oír hablar mal de los amigos o parientes.
El juego de las doce líneas.
Lavarse.
Contemplar el propio reflejo en el mármol negro de Bitinia.
Pensar en los regalos para el cuestor.
Desenrrollar un libro.
Coger la lira.
Bajar a las cocinas y comer.

CLXXX. Recuerdo de Espurio Posidio Barca

El banquete en casa de Marcela en el que Espurio, completamente embriagado, gritó tartamudeando:
-No somos animales.
Lloramos de risa

Como acaso Hipatia, Apronenia Avitia tampoco existió. Ni sus epístolas ni sus buxi están en la edición parisina de 1604 del compendio de François Juret como, a la manera de Borges, pretende hacernos creer el autor. Las tablillas es una novela, como Ágora es una película. Ficciones. Pero con un texto lleno de silencios, una mujer de carne y hueso se levanta ante nuestra imaginación a cada página. Es la diferencia.




domingo, 18 de octubre de 2009

Cani Barroco

Lo mandó primero Gabry y ahora Fran


martes, 13 de octubre de 2009

Ágora

Ayer fui al cine para ver la nueva película de Amenábar. Lo que más me gustó fue el principio: ¡el trailer de Spanish Movie!. O, quizás, más al principio aún: dos mujeres en la cola: -Coge entradas de por en medio y no se te olvide el título; acuérdate de los gatos de angora.

Luego ya casi todo me impedía entrar de lleno en la historia, casi todo me hacía ponerme en guardia; con el consiguiente fastidio. Y no me refiero sólo a la habitual dosis de sensación de irrealidad que casi siempre me produce el cine (no sólo el cine) histórico, sino a una intoxicación masiva de maniqueísmo, fidelidad excesiva al género, mala dirección de actores, ausencia de humor… Se me dirá que hay clásicos de romanos con cristianos buenos que adolecen de algunos de esos mismos defectos sin que ello les impida ser considerados obras maestras del cine. Se dice, es cierto, pero a mí no me lo parecen. Ni siquiera viéndolas como combinados de homilía y leyenda.

Volviendo a Ágora, no querría pasar por alto que hay también detalles buenos cimentados en la producción y en algunas ideas bonitas visualmente. Insertos, eso sí, en una pasta pesadísima.

Pero el verdadero coñazo (como con Mear adentro) está por venir; porque Amenábar, Amenábar,/ morro de la morrería, no será juzgado como cineasta: su película abrirá un debate interminable y aburrido. Cristianos y paganos empezarán (seguro que ya lo han hecho), leyenda propia en mano, a pelearse por ver quién de sus correligionarios fue más mártir (mártir yo, ¿mártir tú?, mártir yo, ¿mártir tú?), y más defensor de la mujer y más… más anacrónico, en suma. Con su pan (bendito o no) se lo coman.

Let it be/ I'm yours

Hace un par de lunes puse aquí la canción I'm yours de Jason Mraz. Mi amigo Miguel me dijo: "es mona, pero fíjate que es sólo la secuencia de acordes de Let it be a ritmo de reggae". Interiormente tarareé: When I find myself in times of trouble Mother Mary comes to me... y luego: Well, you done done me and you bet I felt it... No es fácil darse cuenta porque la melodía es distinta y porque cada acorde son sólo dos o tres palabras en la canción de The Beatles y lo menos diez en la del americano. Pero es verdad: I, V, vi, IV, V, I (and again and again and again).

Luego Gabry nos mandó este vídeo. Por si quedaban dudas.


lunes, 12 de octubre de 2009

Canción de otoño

Quizás se pueda traducir todo... menos lo que quiere ser música.

Chanson d'automne (Paul Verlaine)

Les sanglots longs
Des violons
De l'automne
Blessent mon coeur
D'une langueur
Monotone.

Tout suffocant
Et blême, quand
Sonne l'heure,
Je me souviens
Des jours anciens
Et je pleure

Et je m'en vais
Au vent mauvais
Qui m'emporte
Deçà, delà,
Pareil à la
Feuille morte.

[Para María]

viernes, 2 de octubre de 2009

Cosas de clase: Vivaldi y su acordeón

Tormenta de verano






Lo manda el amigo Antonio Sáez

La música y la universidad

[30 de septiembre de 2009. Concierto Inauguración Curso Universitario. E. Satie/C. Debussy, Gymnopédies. M. Ravel, Concierto para piano y orquesta en sol mayor. P. I. Chaikovski, Sinfonía n. 4 en fa menor op. 36. Alberto Nosè, piano. Orquesta de Córdoba. Irina R. Trujillo, dirección. Gran Teatro de Córdoba. 21:00 horas. Lleno.]

El que la presencia de la música en la Universidad de Córdoba sea poco menos que anecdótica no impide (antes, quizás, explica) que la institución organice cada año un concierto orquestal como quien coloca un bonito mueble de anticuario a la entrada del curso académico.

Fue precisamente el creador del concepto "música de mobiliario", Erik Satie (1866-1925), el primero de los autores programados. La velada se abrió con las dos gymnopédies (de las tres originales para piano) que orquestara Claude Debussy (1862-1918) en 1896 para ayudar a popularizar la obra de su amigo.

También el plato fuerte de esta primera parte impresionista salió de la pluma de un prestigioso amigo del singular Satie: Maurice Ravel (1875-1937). Su impactante y difícil Concierto para piano y orquesta en sol mayor, compuesto entre 1929 y 1931, a la vez que el célebre para la mano izquierda, sonó muy bien en las dos del joven pianista Alberto Nosè, magníficamente acompañado por la Orquesta de Córdoba que dirigía Irina R. Trujillo en el milésimo concierto (¡Felicidades!) de la formación. El solista italiano agradeció los aplausos con una sentida interpretación de Ständchen de Schubert.

La segunda parte fue dedicada a la Sinfonía Cuarta de Chaikovsky (1840-1893). Irina Rodríguez, que ya nos ofreció una brillante lectura de la Primera en el concierto análogo del curso pasado, supo imprimir coherencia y personalidad a cada uno de los cuatro movimientos de esta obra maestra y encantadora, sobre cuyo emocionante "programa" el autor dejó escritas interesantes observaciones. Ellas, y otras sobre las demás obras, deberían haber sido plasmadas en un programa de mano que, sin embargo, ni siquiera incluyó la enumeración de los movimientos de las piezas. Ambos “detalles” habrían redundado en el disfrute y la formación de un público que, a juzgar por las melodías programadas en los teléfonos móviles que sonaron varias veces, no parecía a priori aficionado al repertorio sinfónico.

Antonio Torralba

[Publicado hoy en EL DÍA DE CÓRDOBA]

lunes, 28 de septiembre de 2009

I'm yours

To rid yourself of vanity and just go with the seasons

jueves, 24 de septiembre de 2009

BILINGÜISMO: IN THE GHETTO

(words & music by scott davis)

As the snow flies
On a cold and gray chicago mornin
A poor little baby child is born
In the ghetto
And his mama cries
cause if theres one thing that she dont need
Its another hungry mouth to feed
In the ghetto

People, dont you understand
The child needs a helping hand
Or hell grow to be an angry young man some day
Take a look at you and me,
Are we too blind to see,
Do we simply turn our heads
And look the other way

Well the world turns
And a hungry little boy with a runny nose
Plays in the street as the cold wind blows
In the ghetto

And his hunger burns
So he starts to roam the streets at night
And he learns how to steal
And he learns how to fight
In the ghetto

Then one night in desperation
A young man breaks away
He buys a gun, steals a car,
Tries to run, but he dont get far
And his mama cries

As a crowd gathers round an angry young man
Face down on the street with a gun in his hand
In the ghetto

As her young man dies,
On a cold and gray chicago mornin,
Another little baby child is born
In the ghetto

martes, 22 de septiembre de 2009

The sounds of silence

Hay canciones de una hermosura tan sencilla y perfecta que, más que compuestas, parecen haber sido encontradas. Tantas versiones a lo divino y a lo bovino podrían hacernos olvidar que ésta de Paul Simon es una de ellas.

THE SOUNDS OF SILENCE
by Simon

Hello darkness, my old friend,
I've come to talk with you again.
Because a vision softly creeping
Left its seeds while I was sleeping.
And the vision that was planted in my brain
Still remains within the sounds
Of silence.

In restless dreams I walked alone
Narrow streets of cobblestone,
'Neath the halo of a street lamp
I turned my collar to the cold and damp
When my eyes were stabbed
By the flash of the neon light,
That split the night
And touched the sounds
Of silence.

And in the naked light I saw
Ten thousand people, maybe more.
People talking without speaking,
People hearing without listening.
People writing songs
That voices never share
And no one dared disturb the sounds
Of silence.

'Fools,' said I, 'you do not know
Silence like a cancer grows.
Hear my words that I might teach you,
Take my arms that I might reach you.'
But my words
Like silent raindrops fell,
And echoed in the wells
Of silence.

And the people bowed and prayed
To the neon god they made.
And the sign flashed out its warning
In the words that it was forming.
And the signs said,
The words of the prophets
Are written on the subway walls
And tenement halls.
And whispered in the sounds
Of silence.

LOS SONIDOS DEL SILENCIO
por Simon

Hola oscuridad, mi vieja amiga,
He venido a hablar contigo otra vez.
Porque una visión arrastrándose suavemente
Dejó sus semillas mientras estaba durmiendo.
Y la visión que fue sembrada en mi cerebro
Todavía permanece dentro de los sonidos
Del silencio.

En sueños sin descanso caminé solo
Por estrechas calles de empedrado,
Debajo del halo de una farola
Me levanté el cuello al frío y la humedad
Cuando mis ojos fueron apuñalados
Por el flash de la luz de neón,
Que partía la noche
Y tocaba los sonidos
Del silencio.

Y en la luz desnuda ví
Diez mil personas, quizás más.
Gente hablando sin conversar,
Gente oyendo sin escuchar.
Gente escribiendo canciones
Que las voces jamás compartirán
Y nadie osó molestar a los sonidos
Del silencio.

'Tontos,' dije, 'no saben
Que el silencio crece como un cáncer.
Escuchen mis palabras que podría enseñarles,
Tomen mis brazos que podría alcanzarlos.'
Pero mis palabras
Como silenciosas gotas de lluvia cayeron,
E hicieron eco en los pozos
Del silencio.

Y la gente se inclinó y rezó
Al dios de neón que crearon.
Y el cartel encendió su advertencia
Con las palabras que estaba formando.
Y los carteles decían
Que las palabras de los profetas
Están escritas en las paredes del metro
Y en las entradas de las casas
Y murmuradas en los sonidos
Del silencio.




¿Quieres cantar la voz aguda al estilo de Simon & Garfunkel?

sábado, 19 de septiembre de 2009

Paisajes y retratos

[17 de septiembre de 2009. Concierto de música de cámara. Leo Brouwer, La región más transparente; Diez bocetos; Elegías martianas; Paisaje cubano con ritual; Paisajes, retratos y mujeres; Paisaje cubano con magia; Los negros brujos se divierten. María José Llorens, María Amparo Trigueros, Ernesto López y José Carlos Hernández flautas. Sara Martínez Cebrián, María del Mar Sáez y Miriam Carcer, clarinetes. Fermín Galduff, trompa. Rafael Martínez, trombón. Cristina Llorens, percusión. Maite García Donet, arpa. Silvia Mkrtchyan y Carlos Apellániz, pianos. Javier Riba, guitarra. Yuri Petrossian, José Miguel Ballester, José Antonio Peñarroja y Anatoli Jitcov, violines. Jorge Hernández y Anatoli Jitcov, violas. Francisco Arjona y Álvaro Fernández, violonchelos. Bruno Reyes, contrabajo. Ciro Perelló, dirección. Gran Teatro de Córdoba. 21:00 horas. Media entrada.]

El segundo de los conciertos del ciclo dedicado a Leo Brouwer estuvo dedicado a su producción de cámara. Más de veinte músicos (casi todos amigos antiguos del homenajeado) se dieron cita en el Gran Teatro el pasado jueves para, en formaciones diversas, abordar siete interesantísimas obras. Dos de ellas (una en cada parte) eran estrenos absolutos compuestos este mismo año. La primera de las Elegías martianas para arpa y violín lleva por título una cita de dos versos de José Martí: “Tonos de orquesta y música sentida/ tiene mi voz, ¿qué céfiro ha pasado…” A diferencia de los otros dos dúos que sonaron en esta parte (una encantadora interpretación de La región más transparente para flauta y piano y el complejo Paisaje cubano con ritual para clarinete bajo y percusión), más cerebrales en cierto modo, el que se estrenaba se escucha como un emotivo y refinado ejercicio de romanticismo postmoderno. De las que sonaron en esta primera parte, falta citar dos obritas que también llevan título programático, constante de la producción camerística de Brouwer. Se trató de los números 3 y 6 de los Diez bocetos para piano dedicados a cubanos insignes. Supieron a poco en la soberbia interpretación de Carlos Apellániz, miembro del Brouwer Trío.

El estreno de la segunda parte fue una de las dos obras para grupo de cámara que dirigió con maestría Ciro Perelló. Paisaje cubano con magia (otro “paisaje cubano” que se suma a los muchos del autor) es una obra llena de energía y color, donde confluyen influencias muy siglo XX (Stravinsky y Béla Bartok) con el mundo de las evocaciones rítmicas de raíz afrocubana. Pueden ser planteamientos parecidos a los de la obra que puso punto final a la velada, Los negros brujos se divierten, composición trepidante de más fácil escucha donde brillaron especialmente los flautistas y el guitarrista Javier Riba. Este tuvo no obstante su momento magistral en otra obra cuyo título parece el credo de un músico esteta: el delicioso trío Paisajes, retratos y mujeres.

Antonio Torralba


[Publicado hoy en EL DÍA DE CÓRDOBA]

viernes, 18 de septiembre de 2009

Espiral ascendente

[16 de septiembre de 2009. Selección Brouwer para guitarra. Leo Brouwer, Suite n. 2; Pieza sin título n. 1; Fuga n. 1; El Decamerón negro; Elogio de la danza; La espiral eterna; Sonata; La ciudad de las columnas. Ricardo Gallén, guitarra. Gran Teatro de Córdoba. 21:00 horas. Un cuarto de entrada.]

Uno podía olvidar que era un monográfico. La selección ofrecida por Ricardo Gallén en el primero de los conciertos del homenaje a Brouwer tuvo esa primera (y destacaré dos más) agradable virtud: la variedad estética. Es algo digno de reseñar, porque a menudo los recitales de guitarra ofrecen obras que, sin serlo, parecen todas del mismo autor. No fue el caso, como digo; y no porque el homenajeado no tenga un estilo definido, sino porque la marca esencial del mismo es la búsqueda de la novedad, la huida de la repetición estéril, el avance.

El segundo aspecto que me llamó la atención fue que, siendo todas las piezas obras maestras de la guitarra, las más recientes (Sonata, de 1990, y La ciudad de las columnas, de 2004) parecieron las mejores, lo que demuestra que la evolución del compositor no se detuvo al ir cumpliendo años. La Suite n. 2, escrita en la adolescencia, es ya una obra atractiva, pero la forma de componer para la guitarra del maestro cubano se expandería enormemente en los años siguientes, alcanzando hitos importantes en obras consideradas emblemáticas del repertorio del siglo XX, como Elogio de la danza (1964), La espiral eterna (1970) o El Decamerón negro (1981).

En la última de las citadas destaca especialmente la tercera cualidad sobre la que quisiera detenerme, el diálogo fértil entre estilos, tradiciones cultas y populares, vanguardias y retaguardias: un sano eclecticismo en pro del placer musical en que parecen fundamentarse todas y cada una de las obras que Gallén hizo sonar el miércoles. El músico linarense mostró una maestría sorprendente a través de una ligera y muy inteligentemente amplificada guitarra que llenó sin estridencias el Gran Teatro. Sus cualidades como intérprete son ideales para este repertorio, porque se parecen a las del autor: amplio abanico de recursos, conocimiento profundo de muchos estilos y altas dosis de autoexigencia.

Por eso viene a cuento la espiral del título, metáfora para la evolución muy del gusto de Brouwer. Una línea que crece, se expande y eleva partiendo de un punto que es la tradición. Y lo hace frecuentándola, girando alrededor. Parece significativo que la más moderna de las obras del recital constituya una expansión de una de las más antiguas. En efecto, La ciudad de las columnas (otra forma de decir La Habana desde el ensayo de Alejo Carpentier), es un desarrollo totalmente nuevo de Pieza sin título n. 1. Cosas de la evolución artística y de la música. La realidad… Para la realidad de la ciudad de las columnas, corazón de Cuba, muchos añoran también una espiral que ascienda. Y sólo ven círculos viciosos.

Antonio Torralba


[Publicado hoy en EL DÍA DE CÓRDOBA]

miércoles, 16 de septiembre de 2009

El homenaje a Leo Brouwer

El homenaje a Leo Brouwer




Habanera. Bastaría pararse a considerar la ubicuidad de esta palabra evocadora para recordar que la música es la gran aportación cubana a Occidente. La música de Cuba (un escritor de allá lo dijo) tiene todas las virtudes que su política ignora: el ritmo, la armonía, el lirismo, la flexibilidad, el tributo, la transacción, el pluralismo y la gracia. Son también las cualidades que definen la labor musical de Leo Brouwer (La Habana, 1939), el más importante de los músicos cubanos vivos. Y el más vivo de los músicos cubanos importantes. Porque ha sabido aprovechar lo mejor que le ha brindado el mundo sin renunciar a la isla y viceversa. Porque ha tendido puentes llenos de arte y humanidad entre los artistas que van y vienen y quienes tuvieron que optar por uno de los dos verbos. Porque a sus 70 años puede sentir que ha hecho lo que le ha dado la gana y a su manera.
Como dejó escrito Juan Miguel Moreno en su libro sobre el insigne guitarrista y compositor, Córdoba le debe el haber moldeado en sus primeros pasos una formación (la
Orquesta de Córdoba) que no se parece a ninguna otra. Literalmente, que no es una más, precisamente por las virtudes que Brouwer le imprimió de manera indeleble en sus orígenes: la amplitud de miras programando, el sentido no sólo clásico del ritmo, el empaste armónico, el lirismo de su concertino (¡también cubana!), la flexibilidad y el pluralismo de su composición… En fin, lo dicho más arriba sobre el genio y su fértil producción. Como en ella debiera figurar con algún número de opus nuestra orquesta (también en buena medida el Festival de la Guitarra), la ciudad va a decirle estos días “felicidades” y “gracias”. Desde diversos timbres, con varios ritmos y en distintas tonalidades.

Antonio Torralba

lunes, 14 de septiembre de 2009

2009-2010



Hits:

"Aun así estoy deseando jubilarme"
"Noblote, noblote"
"¡Folluto, delegado!"
"Creo que poco a poco me estoy haciendo con ellos"
"Tollinas, tollinas"
[y cuando viste de torero al murciano]

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Emoticones

Yo he inventado este emoticón (acento circunflejo-espacio- signo de admiración) que representa un nazareno con una vela:


La emociones para las que se usa son: "sentimiento penitente", "pensando en la Semana Santa", "que siga la hermandad", "la procesión va por dentro", "con ánimo sevillano", "en recogido silencio" ... Y así.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Confesión renacentista (o arte de confesar moriscos)

Fray Pedro de Alcalá concibió su Arte para ligeramente saber la lengua aráviga como una única obra junto con el diccionario titulado Vocabulista arávigo en letra castellana. Ambos textos responden a la preocupación por la lingüística en la época que sigue a la conquista de Granada por los Reyes Católicos. Impulsada por el arzobispo fray Hernando de Talavera, vio la luz en 1505 en el taller que el impresor Juan Varela de Salamanca tenía en Granada. Estos datos aparecen en una nota manuscrita de la portada y no impresos en el libro, donde tampoco figura el nombre del autor. El desconocimiento de los caracteres arábigos dificultó su edición, detalle que queda recogido en un párrafo del libro a modo de disculpa.
Hay una sección que consiste en un manual para el confesor con preguntas ordenadas según los mandamientos y otras doctrinas.
También aquí, como en el post del ejemplo anterior, la música hace acto de presencia. Al menos, en dos preguntas referidas a los mandamientos sexto y tercero.
Obsérvese que el texto aparece en dos columnas: castellano a la izquierda y dialecto granadino andalusí a la derecha.


Sexto








¿Hezistes alguna canción, oístela con deleite provocando a vos o a otros lujuria?

Tercero



¿Fuestes los domingos o fiestas a las tabernas o a las zambras?

Conocí la obra de Pedro de Alcalá (y la segunda de las citas que recojo), gracias a un libro magnífico:
Rodrigo de Zayas, La música en el "Vocabulista" granadino de Fray Pedro de Alcalá, Sevilla: Fundación el Monte, 1995.


sábado, 5 de septiembre de 2009

Confesión barroca

A Tinto(rro) Brass


Núm. 153. «Padre, ¿Y en oír músicas, ver comedias y bailes deshonestos, hay quebrantos del voto? Deleitándose, señora, en sus obscenidades o deseándolas como dije que raro contingit, sí señora, pero si es por recreación y cesando el escándalo, es muy probable que no».

Núm. 155. «Padre, ¿y en quitarse el hábito de las Monjas para hacer alguna comedia u otro festejo así, en una cuelga de una abadesa o en unas carnestolendas, hay materia de pecado? Señora del mismo modo respondo, que si es dentro del convento recreationes causa, no hay culpa, pero si es delante de los seglares, hay culpa mortal».


Cartilla de la doctrina religiosa... en obsequio de las llamadas a religión y para alivio de los maestros que las instruyen. México: Por la viuda de Miguel de Ribera, 1708. Este volumen fue reimpreso como: Cartilla de la doctrina religiosa... para las niñas que se crían para monjas, y desean serlo con toda perfección. México: Imprenta de la Biblioteca Mexicana, 1766.

jueves, 27 de agosto de 2009

Dança amorosa y trotto



El pasado y el presente son planetas distintos...
Federico FELLINI, 1964

El 22 de marzo de 1389 (1390 en el calendario moderno) el notario florentino Bartolomeo di Franco Ridolfi registró como tantas otras veces la venta de un terreno. Por algún motivo que desconocemos, antes o después de este acto rutinario, Bartolomeo anotó en el reverso del documento una dança amorosa con su trotto. La falta de cuidado puesto en la notación musical y hasta en la escritura del propio título (danança amorosa escribió tras los tres renglones de música) podría sugerir que no le movía el deseo de transmitir la pieza de una persona a otra, sino que buscaba más bien un recordatorio personal; pero esto no lo podemos saber.
¿Compuso la danza di Franco Ridolfi?, ¿era nuestro personaje diestro instrumentista o quizá hallaba placer en el ejercicio de la danza? Cada uno de los 609 años presumiblemente transcurridos entre aquel acto y los innumerables interrogantes que hoy nos suscita están ahí para difuminar el objeto de nuestra mirada. En su conjunto, sitúan la búsqueda de estas respuestas en la misma esfera que la adivinación de los sentimientos que invadieron el corazón de nuestro notario aquel martes de la incipiente primavera.
Acaso la enigmática acción de di Franco Ridolfi existió para que a finales del siglo XX se pudiera incrementar en un cincuenta por ciento el repertorio medieval de danzas pareadas conocidas. En efecto, antes de que una afortunada casualidad permitiera hace poco más de veinte años el descubrimiento de esta danza conocíamos dos parejas de este tipo: Lamento di Tristano seguida de La Rotta y La Manfredina con su La Rotta della Manfredina.

Grupo CINCO SIGLOS

CD. BEL FIORE DANÇA
Grabación: julio de 1999.


miércoles, 26 de agosto de 2009

Der kühle Maien

Der kühle Maien es un hermoso madrigal de Hermann Schein.

Der kühle Maien
tut Hirt und Schäfelein
mit seinen Blü-melein
jetzund erfreuen.
Frau Nactigall
läßt ihren Schall
im grünen Wald anhören.
All Vögelein
mit stimmen ein,
die Waldmusik vermehren.

Auch uns anblikket
die Sonn mit ihren Schein,
ein kühles Lüftelein
das Herz erquikket.
Die Bächlein hell
hinrauschen schnell,
die Freude größer machen,
ja, Laub und gras
ohn Unterlaß
den Maien gleich anlachen.

Der kühle Maien
tut Hirt und Schäfelein
mit seinen Blümelein
jetzund erfreuen.
Frau Nachtigall
läßt ihren Schall
im grünen Wald anhören.
All Vögelein
mit stimmen ein,
die Waldmusik vermehren.

Auch uns anblikket
die Sonn mit ihren Schein,
ein kühles Lüftelein
das Herz erquikket.
Die Bächlein hell
hinrauschen schnell,
die Freude größer machen,
ja, Laub und gras
ohn Unterlaß
den Maien gleich anlachen.


Aquí en versión de:

Oliver Stech, tenor
Martin Schedlbauer, barítono
Micha Sengschmid, bajo



Y aquí, en homenaje a una nueva seguidora del blog, Euterpe, la versión del Coro de Niños de Tölz. De camino os recomiendo su blog sobre esta estupenda formación.

martes, 25 de agosto de 2009

Megera y su veneno


TARQUINIO MERULA


Folle è ben chi si crede

Folle e ben chi si crede
che per dolce lusinghe amorose
o per fiere minaccie sdegnose
dal bel idolo mio rittraga il piede.
Cangi pur suo pensiero
ch'il mio cor prigioniero
spera che goda la libertà.
Dica chi vuole, dica chi sà.

Altri per gelosia
spiri pur empia fiamma dal seno
versi pure Meggera il veleno
perche rompi al mio ben, la fede mia.
Morte il viver mi toglia
mai fia ver che si scioglia
quel caro laccio che preso m'ha
dica chi vuole, dica chi sà.

Ben avrò tempo e loco
da sfogar l'amorose mie pene
da temprar del amato mio bene
e del arso mio cor, l'occulto foco.
E tra l'ombre e gli orrori
de notturni splendori
il mio bel furto s'asconderà
Dica chi vuole, dica chi sà.


Bien loco está el que piense

Bien loco está el que piense
que por dulces lisonjas de amor
o por feroces y duras amenazas
me aparte de mi bello tesoro.
Que cambie de pensar
quien espere que mi corazón
prisionero goce de libertad.
Hable quien quiera, hable quien sepa.

Que algunos por celos
lancen impías llamas de su pecho,
que vierta Megera su veneno:
yo no seré infiel a mi amado bien.
Que la muerte me prive del vivir,
nunca se desatará ese lazo
que me ha unido.
Hable quien quiera, hable quien sepa.

Ya tendré tiempo y lugar
para desahogar mis penas de amor
y calmar de mi amado bien,
y de mi ardiente corazón, el fuego oculto.
Mientras tanto entre las sombras escondidas
del esplendor nocturno,
mi preciado secreto se esconderá.
Hable quien quiera, hable quien sepa.





L'Aura Soave. Dir.: Diego Cantalupi

domingo, 23 de agosto de 2009

Cuando me rindió mi dama

Cuando me rindió mi dama, tan gentil y bella, en su llama me quemé como una polilla. Rojo cual vermellón al resplandor de una chispa cuando me rindió mi dama. Si hubiera sido esmerejón o hubiera tenido vigorosas alas me habría guardado de la que me clavó su agijon cuando me rindió mi dama.


Quand je fus pris au pavillon
De ma dame, très gente et belle,
Je me brûlai à la chandelle
Ainsi que fait le papillon.

Je rougis comme vermillon,
A la clarté d'une étincelle,
Quand je fus pris au pavillon.

Si j'eusse été esmerillon
Ou que j'eusse eu aussi bonne aile,
Je me fusse gardé de celle
Qui me bailla de l'aiguillon
Quand je fus pris au pavillon.


Texto: Charles d'Orléans (1393-1465)
Música: Reynaldo Hahn (1874-1947)
Canta: Jaroussky
Toca el piano: Ducros
Lugar: Verbier, Suiza



Fecha: 27 de julio de 2009

viernes, 21 de agosto de 2009

Acto insolidario (off topic sólo aparente)

Aunque sé que esto es terrible para la economía, que necesita ahora más que nunca que consumamos a toda costa, no me he resistido a prolongar un poco más la vida de la lavadora.

Resulta que desde hace unos días la puerta del tambor (este blog es de música) se abre a veces en cualquier momento del lavado arrojando fuera, ora unas prendas, si es en el centri-fugado, ora prendas y agua (si es en otro momento del ciclo). La razón es que se ha roto un trozo del rectangulito de plástico que actúa de espejuelo en que engarza el perno de la puerta al accionar La picaporte de Rameau.

Pues bien, como suelen los músicos, pensé en hacer un arreglo. Cogí un espejuelo de puerta normal. Véase


Y recortando aquí y allá, como hacen los músicos, lo dejé reducido al trozo necesario para suplir la falta del fragmento original. Véase el resultado.





Tras lo cual compruebo que la puera cierra y que al darle al botón la chapuza suena: música concreta, watermusic, ¡música celestial!...

Vuestros ojos

Robert Dowland (1591-1641), hijo de John Dowland, publicó en 1610 dos antologías de piezas para laúd y canciones. Una de ellas se titula: A musical Banquet. Furnished with varietie of delicious Ayres, collected of the best Authors in English, French, Spanish and Italian. Dos de esos deliciosos ayres tenían texto (y estilo) español: Passava amor su arco desarmado y esta Vuestros ojos... El texto dice más o menos lo mismo que aquella canción de Raúl de hace unos años: que "debería estar prohibida por cómo mira".

Vuestros ojos tienen d'Amor no sé qué,
que me yelan, me roban, me hieren, me matan a fe.
¿Por qué me mirays
con tanta aflicción,
y a mi corazón,
me aprisionays?
Que si vos me mirays yo os acusaré.

Y concluye lo contrario que el célebre madrigal de Gutierre de Cetina ("ya que así me miráis, miradme al menos"), ya que el autor o autora parece en disposición de buscar un juez que admita su denuncia a trámite.

La canción ha sido cantada y grabada por muchos muchas veces. Pongo las dos versiones que están colgadas en YouTube.

Versión del Grupo Sema



Versión de Valeria Mignaco y Alfonso Marín

jueves, 20 de agosto de 2009

Al servicio de la fiesta


Preparación para la fiesta y escenas de carnaval en un parque de Flandes de Sebastián Vrancx.

La polifonía profana tenía su sitio natural en la fiesta. Observemos esta escena ya de los finales del Renacimiento. Hay cuatro cantantes cada uno con su libro. Hay que saber que normalmente la polifonía se escribía no en partitura (todas las voces agrupadas en sistemas), sino con las partes por separado; es decir, había un libro con la parte de soprano (que en este caso quizás está siendo doblada por el rabel), otro con la parte de bajo (que quizás dobla el bajón), etc. ¿Y qué hace el laudista que ha dejado el estuche sobre una corneta curva en el suelo? Presumiblemente, y aprovechando el carácter homofónico de estas polifonías profanas, está haciendo acordes resumiendo todas las voces a partir del bajo. Por eso lee del mismo libro que el bajón. De esa costumbre irá surgiendo poco a poco la técnica que caracterizará toda la época siguiente: el bajo continuo.



miércoles, 19 de agosto de 2009

Sobre iusnaturalismo, organa y pájaros

Ya trajimos aquí hace tiempo la cita de Gonzalo de Berceo (de los Milagros de Nuestra Señora) y la pintura de Giotto (San Francisco predicando a los pájaros) que de nuevo visitan hoy el blog.



Uno se imagina más o menos lo que San Francisco le está contando a los pájaros: Educación para la Ciudadanía Celestial; esto es, la ley natural, la que rige el comportamiento de la gente normal y corriente, la que ve Intereconomía, la que celebra los 364 días del año que no son el del Orgullo Gay. Educación para los ciudadanos del cielo, los cives celici.
Pero ¿qué responden ellos? Porque se argüirá desde el Mátrix Progre: "es que San Francisco era un cura oprimido y reprimido, etc." Pues los pájaros cantan chispa más o menos las mismas cosas que el insigne santo. Podemos demostrarlo.
Gonzalo de Berceo (algunas décadas antes de que se pintara este fresco genial) nos dice muy claramente cómo cantaban por entonces las aves:

Yaçiendo a la sombra perdi todos cuidados,
Odi sonos de aves dulçes e modulados:
Nunca udieron omnes organos mas temprados,
Nin que formar pudiessen sones mas acordados.

Unas tenien la quinta, e las otras doblaban,
Otras tenien el punto, errar non las dexaban,
Al posar, al mover todas se esperaban,
Aves torpes nin roncas hi non se acostaban.

Las aves “que tenían el punto” no es que hubieran picoteado hierbas raras. Quiere decirnos el poeta que ésas cantaban la voz principal (normalmente, una melodía gregoriana), ya que “punto” significa “nota” (de ahí, la palabra “contrapunto”). Y luego había dos voces más: una a la quinta y otra a la octava. Y marchaban (más o menos) con la misma métrica, porque “al posar, al mover todas se esperaban”. ¡Eso es un organum!

El organum es la más primitiva forma de polifonía. Podemos imaginar los primeros emocionantes experimentos de canto a varias voces surgidos quizás de la casualidad: "... la armonía agradable de las voces cuando hombres, mujeres y niños creen cantar al unísono y ejecutan la octava y la doble octava..." como refirió Otger en el siglo IX.

Pues bien, escuchemos un organum del Codex Calixtinus. Es el famoso Congaudeant Catholici:





Congaudeant catholici, Que muestren alegría los católicos,
letentur cives celici que se alegren los ciudadanos del cielo

Clerus pulcris carminibus Que el clero hermosos cantos
studeat atque cantibus. e himnos entone.
die ista en este día

Hec est dies laudabilis, Este es un día digno de alabanza,
divina luce nobilis. ennoblecido con la divina luz.

Vincens herodis gladium, Venciendo a Herodes en la espada,
accepit vite bravium. ganó la gloria de la vida.

Qua iacobus palatia, El día que Santiago ascendió,
ascendit ad celestia. a los palacios celestiales.

Ergo carenti termino Por lo tanto bendigamos
benedicamus domino. al señor infinito

Magno patri familias Al supremo pater familias
solvamus laudis gratias. demos gracias con alabanzas.