miércoles, 27 de agosto de 2008

Cor mio che prigion sei

Llevábamos algunos días sin una delicia de Vivaldi. Ésta es de las fuertes, de las que no eres capaz de oír sólo una vez, la conozcas o no. Dos versiones con la misma cantante: Nathalie Stutzmann. La primera tiene el encanto del directo de hace menos de un mes. Y la segunda (la del disco en Naïve de Sardelli, que ya anduvo por aquí), mucho mejor en todos los sentidos, es de llorar.




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