Propuesta

Aunque algunos malintencionados detractores de los desfiles procesionales de Semana Santa dicen que son una especie de chirigotas que sin cambiar el tipo son cada año pelotazo, a nadie se le escapa que estos actos aglutinan una variada manifestación cultural del mas alto valor sociológico, religioso, plástico y musical. Atacarlos es atacarnos a nosotros mismos, tirar piedras al tejado de nuestra esencia. Lo que yo, humildemente, quiero proponer es algo muy distinto, algo que redundaría en un todavía más grande decoro de pasos y tronos. Como muchas cofradías se las ven y se las desean para conseguir los fondos necesarios para el exorno y renovación de sus queridas imágenes titulares, quizás una celebración más espaciada de las estaciones de penitencia redundaría en un renovado esplendor de la Semana Mayor. Propongo por tanto que la Semana Santa sea bienal, como los festivales flamencos de Sevilla y Córdoba, como tantas citas con el cine, el arte o la cultura. La expectación aumentaría, el fervor también. Esto podría ser un paso previo a la experimentación de más espaciadas periodicidades: trienal, quinquenal, decenal.... Todo en pro de la conservación y aumento del esplendor de estas arraigadas tradiciones.