domingo, 10 de junio de 2012

BELLEZA SINFÓNICA PARA SIEMPRE


[7 de junio de 2012. Temporada de abono. Franz Schubert, Sinfonía n. 5 en si bemol mayor. Antonin Dvorak, Sinfonía n. 7 en re menor. Orquesta de Córdoba. Virginia Martínez, dirección. Gran Teatro de Córdoba. 20:30 horas. Lleno. ]

Cuando concluyó el concierto del jueves, con la Jota del Candil ofrecida por nuestros músicos en apoyo a la Orquesta de Extremadura, la formación cordobesa había logrado con creces seducir al público con la interpretación vibrante de dos obras maestras del sinfonismo decimonónico. Mejor aún en la penúltima obra de juventud del gran Schubert que en la compleja partitura de Dvorak, la directora Virginia Martínez demostró sorprendente madurez y criterio al frente de la orquesta cordobesa, que nos pareció especialmente volcada en sumar emoción a estas bellas páginas del arte de occidente.  Conviene garantizar el retorno continuo de estas joyas, entre otras cosas, mediante el decidido apoyo a nuestras orquestas, sin cuya labor esa música asombrosa no existe. Pensaba en estas cosas de la crisis mientras sentía el milagro grande de los dos primeros tiempos de Schubert. Y luego de nuevo, bajo la grave austeridad del arranque de la "gran sinfonía en re menor". De buena gana hubiera emulado a su autor, que pegó una foto del director Hans von Bülow en la primera página de la partitura y escribió debajo: "¡Gloria! Tú has dado vida a esta obra". Ese grito debiera ser también nuestro homenaje a Virginia Martínez, la Orquesta de Córdoba y todas las demás.   

Antonio Torralba

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