"Piensa ahora, querido amigo, en el tierno corazón de los niños, y en la inocencia con que, por ser ellos tan queridos de Dios, actúan siempre. Pues de esta naturaleza son también los que tenemos en Obaba, y da alegría verlos siempre juntos y siempre corriendo; corriendo alrededor de la iglesia, además, ya que tienen el convencimiento de que, una vez dadas once vueltas alrededor de ella, la gárgola de la torre romperá a cantar. Y cuando ven que a pesar de todo no canta, entonces ellos, sin perder la ilusión, atribuyen el fracaso a un error de cuentas, o a lo rápido o a lo lento que se han movido, y porfían en su empresa".
Bernardo ATXAGA, Obabakoak.
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