CERVANTES Y LA MÚSICA 26
SACRISTÁN
DE MI VIDA
"SOLDADO:
Pero, ¿qué voz es ésta? Sin duda es la de mi Cristina, que se desenfada
cantando, cuando barre o friega.
Suenan
dentro platos, como que friegan, y cantan:
Sacristán
de mi vida,
tenme
por tuya,
y,
fiado en mi fe,
canta
alleluya."
(ENTREMÉS
DE LA GUARDA CUIDADOSA)
Cervantes
modifica un poco la que, dicen, fue una célebre seguidilla erótica:
"Al
entrar en la iglesia
dije:
aleluya,
sacristán
de mi alma,
toda
soy tuya."
Dijimos
que volveríamos varias veces sobre la seguidilla, forma a la que alude
Cervantes en más de media docena de ocasiones. Hoy pondremos este curioso texto
de Gonzalo Correas ("Arte de la lengua española castellana", 1625) :
"Será
bien dar aquí entera razón dellas, pues también lo merece su elegancia y
agudeza, que son aparejadas y dispuestas para cualquier mote y dicho
sentencioso y agudo de burla o grave. Aunque en este tiempo se han usado más en
lo burlesco y picante, como tan acomodadas a la tonada y cantar alegre de
bailes y danzas, y del pandero y de la gente de la seguida y enamorada,
rufianes y sus consortes, de quienes en particular nuevamente se les ha pegado
el nombre a las seguidillas. Y ellos se llaman de la seguida, y de la viga, de
la vida seguida y de la vida airada, porque siguen su gusto y placer y vida libre
y sin ley, y su furia, y siguen y corren las cosas públicas. Y aun porque son
seguidos y perseguidos de la justicia."
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