CERVANTES Y LA MÚSICA 248
ÉSTE LAS SONAJAS Y AQUÉL LOS ALBOGUES
"Alrededor de cada escuadrón andaban por de fuera, de blanquísimo lienzo vestidos y con paños labrados rodeadas las cabezas, muchos zagales, o ya sus parientes, o ya sus conocidos, o ya vecinos de sus mismos lugares: uno tocaba el tamboril y la flauta; otro, el salterio, éste las sonajas y aquél los albogues. Y de todos estos sones redundaba uno solo, que alegraba con la concordancia, que es el fin de la música."
(LOS TRABAJOS DE PERSILES Y SEGISMUNDA)
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