[21 de julio de 2010. XXX Festival de la Guitarra de Córdoba. Isaac Albéniz/ J. Manuel Delgado, Córdoba. Wulfin Lieske, Córdoba Concerto. Igmar Alderete, Nostalgia del Sur. Joaquín Rodrigo, Concierto de Aranjuez. Wulfin Lieske y Manuel Barrueco, guitarras. Orquesta de Córdoba. Juan Luis Pérez, dirección. Gran Teatro de Córdoba. 21:00 horas]
Manuel Barrueco es un guitarrista fuera de serie. Reúne cualidades técnicas e interpretativas muy variadas y sus actuaciones rara vez defraudan. Su magnífica versión del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo (1901-1999), junto a una espléndida Orquesta de Córdoba dirigida por el jerezano Juan Luis Pérez, fue largamente aplaudida por el público que no llegó a llenar el miércoles el Gran Teatro. Y eso que, sobre el papel, la velada ofrecía atractivos indudables: además del reseñado plato fuerte, el programa contaba con dos estrenos absolutos (un concierto para guitarra de Wulfin Lieske y una obra orquestal de Igmar Alderete) y uno “relativo”: la orquestación de José Manuel Delgado de la inmortal página pianística dedicada a Córdoba por Isaac Albéniz.
El concierto comenzó brillantemente con esta última. Córdoba sonó muy hermosa vestida con los elegantes nuevos colores que le prestaba nuestra orquesta, gracias a la hermosa versión del sevillano José Manuel Delgado (1949).
La magia se deshizo en parte en la obra siguiente (Cordoba Concerto), no tanto por la no muy lograda interpretación de su autor e intérprete solista, el austriaco Wulfin Lieske, sino sobre todo por la desacertada decisión de amplificar los instrumentos de una manera muy extraña. Los timbres aparecían muy distorsionados; la guitarra, aunque por momentos se perdió, casi siempre sonaba a un volumen desproporcionado y con un timbre metálico poco agradable; el papel difícil del bajo eléctrico (ausente el solista en el deficiente programa de mano) sonaba desdibujado, sin definición. Estas circunstancias dificultaban la atención sobre una obra de estética ecléctica, no exenta de atractivos y de referencias al paisaje sonoro de la ciudad.
La segunda parte recuperó el tono inicial con la pieza del cubano afincado en Córdoba Igmar Alderete Acosta (1969). Nostalgia del Sur, dedicada a Manuel de Falla, une también, como la anterior, elementos procedentes de músicas muy diversas con ese resultado entre moderno y clásico que solemos asociar a las buenas bandas sonoras.
El broche de oro de la noche, ya lo hemos adelantado, fue la magnífica versión de Barrueco de la más famosa de las obras de guitarra. En una apuesta por los valores seguros revisitados con maestría, el guitarrista cubano agradeció los largos y merecidos aplausos con una sentida versión de Granada de Albéniz.
Antonio Torralba
No hay comentarios:
Publicar un comentario