CERVANTES Y LA MÚSICA 289
ERA UNA VOZ SOLA
"Sucedió, pues, que, faltando poco por venir el alba, llegó a los oídos de las damas una voz tan entonada y tan buena que les obligó a que todas le prestasen atento oído, especialmente Dorotea, que despierta estaba, a cuyo lado dormía doña Clara de Viedma, que ansí se llamaba la hija del oidor. Nadie podía imaginar quién era la persona que tan bien cantaba, y era una voz sola, sin que la acompañase instrumento alguno. Unas veces lesparecía que cantaba en el patio; otras, que en la caballeriza; y, estando en esta confusión muy atentas, llegó a la puerta del aposento Cardenio, y dijo:
–Quien no duerma, escuche; que oirá una voz de un mozo de mulas, que de tal manera canta que encanta.
–Ya la oímos, señor –respondió Dorotea.
Y, con esto, se fue Cardenio; y Dorotea, poniendo toda la atención posible, entendió que lo que se cantaba era esto:..."
(QUIJOTE I, Cap. 42)
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