CERVANTES Y LA MÚSICA 291
SENTADO EN EL CASTILLO DE POPA, TOMÉ EL LAÚD
"Y una noche, me acuerdo -y aun es bien que me acuerde, pues en ella comenzó a amanecer mi día- que, estando sosegado el mar, quietos los vientos, las velas pegadas a los árboles, y los marineros, sin cuidado alguno, por diferentes partes del navío tendidos, y el timonero casi dormido por la bonanza que había y por la que el cielo le aseguraba, en medio deste silencio y en medio de mis imaginaciones, como mis dolores no me dejaban entregar los ojos al sueño, sentado en el castillo de popa, tomé el laúd y comencé a cantar unos versos que habré de repetir agora, porque se advierta de qué estremo de tristeza y cuán sin pensarlo me pasó la suerte al mayor de alegría que imaginar supiera. Era, si no me acuerdo mal, lo que cantaba esto:..."
(LA GALATEA, V)
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