CERVANTES Y LA MÚSICA 296
SE SINTIÓ TOCAR UN ARPA SUAVÍSIMAMENTE
"Y, en esto, se sintió tocar un arpa suavísimamente. Oyendo lo cual quedó don Quijote pasmado, porque en aquel instante se le vinieron a la memoria las infinitas aventuras semejantes a aquella, de ventanas, rejas y jardines, músicas, requiebros y desvanecimientos que en los sus desvanecidos libros de caballería había leído."
(QUIJOTE II, Cap. 44)
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