miércoles, 18 de junio de 2008

Renacimiento

Trajimos al Arcipreste de Hita, a Berceo, a Fray Luis de León y Góngora.

En esta informal antología de literatura española con música dentro no podía faltar este fragmento memorable de cuando el humanismo (las humanidades no son "las letras", sino los saberes que no son divinidades) llega también aquí.

CALISTO. ¡Sempronio!
SEMPRONIO. ¿Señor?
CALISTO. Dame acá el laúd.
SEMPRONIO. Señor, vesle aquí.
CALISTO. ¿Cuál dolor puede ser tal que se iguale con mi mal?
SEMPRONIO. Destemplado está ese laúd.
CALISTO. ¿Cómo templará el destemplado? ¿Cómo sentirá el armonía aquel que consigo está tan discorde, aquel en quien la voluntad a la razón no obedece? Quien tiene dentro del pecho aguijones, paz, guerra, tregua, amor, enemistad, injurias, pecados, sospechas... todo a una causa. Pero tañe y canta la más triste canción que sepas.
SEMPRONIO. Mira Nero de Tarpeya
a Roma cómo se ardía;
gritos dan niños e viejos,
y él de nada se dolía.
CALISTO. Mayor es mi fuego y menor la piedad de quien agora digo.
SEMPRONIO. (Aparte) No me engaño yo, que loco está este mi amo.
CALISTO. ¿Qué estás murmurando, Sempronio?
SEMPRONIO. No digo nada.
CALISTO. Di lo que dices, no temas.
SEMPRONIO. Digo que cómo puede ser mayor el fuego que atormenta un vivo que el que quemó tal ciudad e tanta multitud de gente.
CALISTO. ¿Cómo? Yo te lo diré: mayor es la llama que dura ochenta años que la que en un día pasa, y mayor la que quema un ánima que la que quemó cien mil cuerpos. Como de la apariencia a la existencia, como de lo vivo a lo pintado, como de la sombra a lo real, tanta diferencia hay del fuego que dices al que me quema. Por cierto, si el del purgatorio es tal, más querría que mi espíritu fuese con los de los brutos animales que por medio de aquél ir a la gloria de los santos.
SEMPRONIO. (Aparte) Algo es lo que digo, a más ha de ir este hecho. No basta loco, sino hereje.
CALISTO. ¿No te digo que hables alto cuando hablares? ¿Qué dices?
SEMPRONIO. Digo que nunca Dios quiera tal, que especie es de herejía lo que agora dijiste.
CALISTO. ¿Por qué?
SEMPRONIO. Porque lo que dices contradice la cristiana religión.
CALISTO. ¿Qué a mí?
SEMPRONIO. ¿Tú no eres cristiano?
CALISTO. Yo melibeo soy y a Melibea adoro y en Melibea creo e a Melibea amo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Traes uno de los fragmentos más hermosos de la literatura española... Qué placer. Beso regresado.