domingo, 9 de septiembre de 2007

Dos ángeles... (*)

Uno de los momentos más inolvidables de las Vespro de la Beata Vergine (1610) de Monteverdi es el motete "Duo seraphim clamabant".


En medio de la bóveda celeste (pongamos San Marcos de Venecia) dos ángeles (dos serafines) se gritan uno a otro que el señor es el Dios de todo:

Duo Seraphim clamabant alter ad alterum:
Sanctus Dominus Deus Sabaoth.


Y que toda la tierra rebosa su gloria:

Plena est omnis terra gloria ejus,

Como suele ocurrir en el barroco del sur (también en la escultura y en la pintura), el dolor y la alegría religiosos se expresan con las maneras de la pasión amorosa: persecución, exaltación, hambre, violencia suave, dulce derrota... Puede verse en la partitura que el stilo concitato se adueña del contrapunto en los gritos. Y las escalas con que arranca el tercer verso...

Monteverdi guarda dos sorpresas. Primera: lo que parecía que iba a ser un dúo se convierte en un trío por exigencia del guión: hablar de la santísima trinidad: tres son los que dan testimonio de ello en el cielo: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Tres sunt, qui testimonium dant in coelo,
Pater et Verbum, et Spiritus sanctus;


Segunda: dos repeticiones en unísono del dogma: y los tres son uno

et hi tres unum sunt.

Nota: la versión colocada es de New Trinity Baroque, Dir: Predrag Gosta.

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