viernes, 24 de julio de 2009

Dani desde Calcuta IV



Estoy muy bien adaptado por aquí, amén de que aún no he caído en la diarrea; el otro día tuve una falsa alarma, pues lo que yo pensé que iba a ser aguachirri al final se quedó sólo en crema pastelera; y hoy ya ha sido el éxtasis: he cagado duro como una roca y encima NO ME HE MANCHADO!!
Lo peor de todo es que uno se acostumbra a ver a la gente viviendo en la calle, uno ve “normal” tanta miseria. A diferencia de allí, si ves un pobre por la calle te da cosica, porque no es lo normal. Aquí al contrario: lo normal es ver a gente viviendo en la acera. De hecho, lo normal es que los peatones (que los hay a mogollón, pues Calcuta está superpoblada -lo cual esta muy relacionado con la pobreza) vayan caminando por la calzada (una de las razones por la que los coches constantemente pitan), porque, o no hay acera, o normalmente cada 20-10 pasos (depende de qué calle) te encuentres “obstáculos”.
Últimamente hay más camas vacías de lo normal en Kalighat. Cada vez cuesta más encontrar a gente muriéndose (literalmente) en la calle. Como nos contó la médico de Kalighat (centro al que voy), la razón es que el gobierno ha ordenado a la policía que a todo el que vea en esa situación, lo monte en un tren.
Hoy ha sido un día muy chulo y fuera de lo normal (dentro de que hasta ahora ningún día ha sido normal por aquí). Dos veces al año es el Día del Voluntario. Por la mañana ha sido libre: hemos ido a ver el Victoria Memorial, esto es, el palacio de la reina Victoria cuando los guiris colonizaban esto. Es un palacio bastante grande, rodeado de jardines preciosos y muy verdes y no parece que estás en Calcuta cuando paseas por ellos. Luego hemos ido a una iglesia (creo que era protestante) y me ha sorprendido un cuadro de la típica escena de mil ochocientos y pico, en plena colonización, con la iglesia de fondo, y paseando por el parque varias inglesas, con sus vestidos de repollo con volantes (tipo meninas) y todas con un indio sujetándole un paraguas como sombrilla.
Después hemos ido al New Market. Se trata de una especie de mercadillo, pero en interior y con puestos fijos; más o menos viene a ser la plaza, pero no sólo se compra comida: se compra de todo (yo he intentado comprar un sitar, pero me pedían mucho y además era una mierda y no sonaba un mojón). Lo peor es que al entrar hay indios cuyo trabajo consiste en pegarse a ti y aconsejarte dónde ir: te preguntan qué quieres y te dicen de llevarte. Son pesadísimos. No te cobran por ello, pero evidentemente se llevan comisión en las tiendas que aconsejan, y ya digo, son super pesados. Como te vean pinta de guiri (algo difícil de disimular por aquí) es imposible deshacerte de ellos. La paciencia es su arma, porque saben que al menos les vas a preguntar dónde coño está la salida, pues eso es como un suburbio de pasillos casi similares y muy laberínticos. Por muchos feos que les hagas ellos te siguen a todas partes.
Luego por aquí hay voluntarios que no tienen ni puta idea de dónde coño están. Otros sí. Hoy que hoy he estado hablando con una española que lleva desde marzo viajando la India. Dice que sin duda la ciudad más pobre es Calcuta, que habiendo estado aquí sobreviviríamos a cualquier otra ciudad del país. Otras (no sé por qué, pero mujeres)piensan que aquí no hay pobreza, que es su cultura y su estilo de vivir; que en Barcelona un pobre es peor porque esta solo, pero aquí no porque hay muchos y se ayudan entre ellos. No es extraño verlas vestidas superpijas con un faisán sobre el cuello (osease, un pañuelo de “¿dónde vas con eso, colegui?”) y que se quieran volver a España en breve porque aquí no pintan nada. En verdad esto no lo asimila todo el mundo (aunque afortunadamente al menos la mayoría de aquellos con quienes hablo sí).
Una de las razones de no asimilar esto puede ser el ver cosas como la herida que vi el otro día en Kalighat (aunque tampoco es obligatorio ir a los centros): se trataba de una herida en el talón. Nunca he visto nada parecido, ni en fotos. No sólo se veía el hueso del talón perfectamente, sino además el tendón, porque en toda esa zona no había piel ni carne. Es increíble la imagen de ese pobre hombre (que por cierto, se parece a Sagat, el del Street Fighter) boca abajo, mordiendo la almohada, un voluntario sujetándole la pierna con una mano y el tobillo con la otra, y la médico cortando con unas tijeritas pequeñitas restos de hueso del talón necrosados o infectados (porque los cachitos que cortaba estaban negros). De heridas vamos bien despachados. Los primeros días, cuando realizaban las curas no quería mirar pero con el tiempo quiero conocer más a las personas que hay aquí, y saber por qué están y qué les pasa.
Hay otro que en el lado izquierdo de la cadera, a la altura del culo tiene un agujero inmenso. Me impresionó cómo la médico (su nombre es Teresa, y es de Italia), después de curar la herida, se la rellenó con unos polvos (supongo que cicatrizantes). Hay otro (creo que tiene sida) que es el hombre más delgado que he visto en persona. Exactamente igual que los que salen por la tele de África: su húmero (el antebrazo le abulta más pues consta de dos huesos -cúbito y radio-) es casi la mitad de lo que puede abarcar rodeándolo mi pulgar e índice; es decir, solo tiene pellejo, SOLAMENTE. Da grima tocarlo porque sólo tocas hueso, nada de músculo; y a personas así lo poco que hay que hacer es demostrarles cariño con cosas tan tontas como tocarlos y darles masajillos. Con solo tocarlos, son felices.
Una cosa que me impresiona de aquí es cómo se ayudan entre ellos. Si a la hora de darles el medicamento no tragan bien (hay algunos un poco retrasados, o como se dice aquí, “mental”), los que están menos mal y pueden medio caminar se acercan y hablan con ellos; porque eso es otra, el idioma. Como iba diciendo, se ayudan mucho entre ellos. Recuerdo cuando estuve en el comedor de los Trinitarios que ni mucho menos había tan buen rollo entre los que iban a comer. Ahí comprendí un poco más a la madre Teresa cuando se refería a que en Calcuta habitan los más pobres de entre los pobres.
A la hora de comer el primer día fue dantesco (ya estoy acostumbrado). Si aquí a todas las comidas las acompañamos de pan, allí lo hacen de arroz; lo que cambia es la salsa o condimento que le echan: pescado, patatas, etc… Lo sorprendente es que comen con las manos (y siempre arroz…). Es un espectáculo verlos comer, y es toda una técnica muy depurada (aunque no menos algo repugnante). Sólo se pringan una mano: la derecha, porque recordad que con la izquierda se limpian el ojal.
Como iba diciendo, hoy fue el Día del Voluntario, y por la tarde, cada país debía preparar un número para los demás (teatro, canción)… Los chinos han cantado una canción super friki con baile incluido que es igual que la del final de cualquier dibujo japonés. Luego, el grupo internacional (constituido por voluntarios sueltos que no iban con ningún grupo en concreto y de varios países) han hecho un teatro muy chulo. Nosotros hemos hecho una mierda: hemos bailado el Aserejé, he imitado al pollo (y de eso estoy muy orgulloso) y hemos cantado el “Soy cordobés” y el popurrí de siempre mientras sacamos a los chinos a bailar (qué poco arte tienen los cabrones).
Hoy me he extendido más en el correo porque estoy escribiendo desde el portátil que nos hemos traído para descargar las fotos todos los días.
Pues nada, os dejo. Que me estoy adaptando muy bien y seguiré dando noticias.
Adjunto una foto que me echaron tomando una cerveza (el primer día que llegamos) en un hotel (concretamente el hotel de la película “La ciudad de la Alegría”) para que apreciéis el “compadreo” que se traen por aquí los cuervos (algo a lo que también uno se acostumbra).

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que Dani es el que toca el calasón de Cinco Siglos.
Atentos Saludos tenga Usted
Mª Luisa.

Anónimo dijo...

Generalmente, las personas que jamás conocieron ni vivieron la pobreza, son los que acostumbran ha realizar viajes a paises, donde existe. Así se sienten más realizados. Ejemplo: Angelina Jolie, Brad Pitt, Paril Hilton etc.
Realmente tiene mucho mérito emplear sus fortunas en eso, que no en cosas inmundas.
No lo digo por Dani, seguro no es su caso. SALUDOS.

Dani dijo...

Pues como bien dices, no es mi caso. He trabajado en el comedor de los trinitarios , en un centro de discapacitados en Olivares (Sevilla), y participado activamente (no como mero colaborador economico que tambien es meritorio, sino activamente como organizador) en diversas activadades con fines beneficos. Desgraciadamente, pese a eso, uno nunca llega a conocer la pobreza hasta que no la experimenta de primera mano.
Con todo y con eso te dire, anonimo, que aunque en cordoba hay tambien pobreza (y grave) la pobreza de aqui es diferente.
Pero eso como tantas cosas, hasta que uno no lo vive, es tonmteria contarlo

Anónimo dijo...

Yo también colaboro como voluntaria en la Cruz Blanca, cuando el tiempo me lo permite.
¿Quieres lotería para ayudar a los niños de Bósnia?
Dani cada uno hace lo que puede.
UN beso Grande.
Mª Luisa

Anónimo dijo...

Es probable que a las superpijas -generalmente chicas- les parezcan singularmente ridículos los indiana con pantalones multibolsillos -generalmente chicos- que realizan turismo multiaventura-benéfico en paises exóticos y especialmente pobres donde sentirse héroes católicos. Pero claro, asistidos por Dios, imposible que reflexionen.

frida dijo...

hola dani,yo estuve en calcuta por la fecha que dices