miércoles, 29 de diciembre de 2010

Gran Fuga op. 133 de Beethoven

What does it mean, chaos
gathered into a sudden bronze sweetness,
an October flourish, and then that moment
denied, turned acid, disassembling,
questioned, rephrased?

Mark Doty, Grosse Fuge (1995)



martes, 28 de diciembre de 2010

jueves, 23 de diciembre de 2010

lunes, 13 de diciembre de 2010

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Nace la Joven Filarmonía Leo Brouwer

[6 de diciembre de 2010.  Chaikovski, “Polonesa” de Eugene Oneguin. Bizet, “Piezas de las suites 1 y 2” de L’Arlésienne. Arturo Márquez, Danzón n. 2. Ottorino Respighi, “Primera suite” de Belkis, Reina de Saba. Joven Filarmonía Leo Brouwer; Ciro Perelló, director musical. Gran Teatro de Córdoba. 21:00 horas]

Sentí el lunes una profunda emoción durante las más de dos horas que duró la velada de presentación de la nueva orquesta cordobesa Joven Filarmonía Leo Brouwer. Éstas (la velada y la emoción) comenzaron con la lectura de un sencillo texto a cargo de una elegante dama, cuya imagen simbolizaba quizás también el espíritu de la nueva formación. Siguieron unas breves y sentidas palabras del director artístico y principal patrocinador de la entidad, el compositor cubano Leo Brouwer. Y comenzó la música, cuya selección, dirección a cargo de Ciro Perelló e interpretación a manos de los jovencísimos músicos de la bien nutrida plantilla dejaron fascinado al público congregado para la ocasión.
            La calidad interpretativa y la exhibición de talento que mostraron los participantes en las varias intervenciones a solo y en el trabajo de conjunto fueron en aumento y tuvieron su momento cumbre en la efectista partitura de Respighi, llena de fiesta y energía.
            La música se aprende en grupo y un conocido obstáculo para la educación musical y la motivación que ella requiere es la ausencia de contextos adecuados para tocar juntos. Con la colaboración entusiasta de un puñado de profesores de la Orquesta de Córdoba que el lunes compartieron atril con sus jóvenes amigos, y con la calidad altísima que emana del proyecto, la nueva entidad viene a llenar sabiamente una ausencia y, en este sentido, es un regalo valioso para la cultura de la ciudad. 


       Antonio Torralba



[Publicado hoy en El Día de Córdoba]

sábado, 20 de noviembre de 2010

Moros y cristianos

Estoy de acuerdo en que, mirado el asunto racionalmente, Moros y cristianos no es la mejor película de Berlanga. Pero es la que más me gusta.

jueves, 11 de noviembre de 2010

sábado, 6 de noviembre de 2010

Cotidiana calidad

[4 de noviembre de 2010.  W. A. Mozart, Sinfonía n. 25 en sol menor, K. 183. C. Saint-Saëns, Concierto para violín y orquesta n. 3 en si menor op. 61. R. Schumann, Sinfonía n. 4 en re menor, op. 120. Amaury Coeyteaux, violín. Orquesta de Córdoba; Günter Neuhold, director musical. Gran Teatro de Córdoba. 20:30 horas. Lleno]

Produce enorme satisfacción comprobar, tras los primeros conciertos de inicio de la temporada de abono, la buena calidad alcanzada por nuestra orquesta; y no ya como un acierto en éste o aquél concierto, sino como una constante de su quehacer diario. La velada del jueves, aunque con un inicio acaso vacilante, fue clara muestra de ese nivel alcanzado por la formación cordobesa, que supo estar a la altura de las exigencias musicales del soberbio solista Amaury Coeyteaux, en la obra de Sain-Saëns,  así como materializar con solvencia la vibrante lectura propuesta por el austriaco Günter Neuhold de la sinfonía de Schumann.
            El concierto arrancó con la “pequeña” de las dos aportaciones mozartianas en sol menor al género sinfónico. Aunque ejecutada con elegancia, nos pareció que la interpretación de esta obra ambigua y maravillosa quizás no estuvo a la altura del resto del concierto.  Especialmente, en el último movimiento.
            A partir de aquí, sin embargo, todo fue sobre ruedas. El joven solista francés bordó el tercero de los conciertos dedicados por Sain-Saëns al violín, haciendo gala en todo momento de un sonido potente y de una facilidad asombrosa. La obra, estrenada por Pablo Sarasate en 1880, combina la brillantez virtuosa propia del género con un lirismo muy dulce que desborda en la apasionada cantilena sobre ritmo de barcarola del segundo tiempo. Coeyteaux la hizo sonar con una pureza de emisión cautivadora.
            La segunda parte estuvo dedicada a la cuarta sinfonía de Schumann, sabiamente conducida por la sólida batuta del director invitado. Neuhold supo dosificar con arte la fogosidad romántica de esta obra memorable hasta el estallido heroico de la original conclusión del Finale. Chapeau.

       Antonio Torralba

[Publicado hoy en El Día de Córdoba]

viernes, 5 de noviembre de 2010

Antigüedades

En el mesón hay antigüedades que no te dicen nada; otras te atraen vagamente, algunas te intrigan. Si se refieren a "tu tema" (pongamos: los instrumentos musicales), te parecen ridículas: salterios de mercadillo. Pasa con el pasado y pasa con el presente: la noticia del periódico que da cuenta de algo que tú has visto. ¡Cómo decepciona! ¡Qué mal contada! Y es que, como decía el clásico,  todo lo que no es erudición es política; o comercio de souvenir.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Grandeza de Góngora

Lo hemos leído todos en los tiempos del instituto. Es de los sonetos más conocidos de Góngora, si no el que más. Pero no quita para que ahora, al topar una vez más con él, me haya sobrecogido. Y quería compartir esta emoción. Me refiero a ese que comienza "Mientras por competir con tu cabello/ oro bruñido el Sol relumbra en vano..." Es un elogio de la belleza de una mujer animándola a que aproveche su juventud antes de que llegue la vejez. Lo llamamos carpe diem desde que Horacio, meditando en una oda sobre el tiempo que se escapa como agua entre los dedos, escribió ese famoso verso que tanto estrés puede causar en manos de la psicología barata de la segunda mitad del siglo XX: "Carpe diem quam minimum credula postero": Agarra el día como si apenas creyeras en el siguiente.


Entre otros muchos, Garcilaso ya escribió un soneto memorable (otro de los del instituto) sobre ese mismo tema (el que empieza "En tanto que de rosa y azucena"), en el que, tras animar a la muchacha a que disfrute antes de las canas ("Coged de vuestra alegre primavera/ el dulce fruto antes que el tiempo airado/ cubra de nieve la hermosa cumbre"), termina (el terceto final de un soneto siempre ha de ser contundente) con una reflexión triste pero elegante, comedida: "Marchitará la rosa el viento helado,/ todo lo mudará la edad ligera/ por no hacer mudanza en su costumbre".


Góngora en 1582 (con 21 años no sé si cumplidos) enfoca su soneto no sólo comparando el cabello, los labios, la frente y el cuello con cosas hermosas de la naturaleza, sino estableciendo una competición en la que gana la mujer (a cada labio por cogerlo "lo siguen más ojos que al clavel temprano", etc). Pero lo chulo verdaderamente es el terceto final, uno de cuyos versos (el último) ha cautivado a miles de poetas y estudiosos around the world. No es ya sólo que haya que tomar nota del paso del tiempo, avisado por el mero transcurrir de los días ("Cada Sol repetido es un cometa" dice en otro memorable poema). No es ya que la edad vaya a marchitar la belleza, "no ya en plata o viola troncada (violeta tronchada)/ se vuelva"; sino que, además, "tú y ello juntamente" os convertiréis... Y viene ahora (no del todo "bien ordenada", como se ha discutido a veces) esa gradación dramática  con cinco golpes de timbal de oda fúnebre barroca: "En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada".


Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;

  mientras a cada labio, por cogello.                   5
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello:

  goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada                  10
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

  no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

domingo, 31 de octubre de 2010

La ópera de la vida bohemia

[29 de octubre de 2010.  Giacomo Puccini, La Bohéme. José Luis Castro, dirección escénica. Giuliano Spinelli, escenografía. Irene Monti, vestuario. Vinicio Cheli, iluminación. Carlos Cosías, Rodolfo; Yolanda Auyanet, Mimí; Ángel Odena, Marcello; Sabina Puértolas, Musetta; Francisco Santiago, Colline; José Antonio López, Schaunard; Enric Martínez-Castignani, Benoit y Alcindoro; Pablo García López, Parpignol. Coro de Ópera “Cajasur”; Diego González Ávila, director. Banda de Alumnos del Conservatorio Superior de Música de Córdoba. Coro de Niños del Conservatorio Profesional de Córdoba; Juan Manuel Ortiz, director. Orquesta de Córdoba; Marco Zambelli, director musical. Una coproducción del Palacio de Festivales de Cantabria y el Gran Teatro de Córdoba. Gran Teatro de Córdoba. 21:00 horas. Lleno]

Un poco deslucida por las tres largas pausas (interminable la última) entre actos, la versión de La Bohème presentada el viernes, arranque de la Temporada Lírica del Gran Teatro, resultó más que notable en todo lo demás.
Un planteamiento escénico de buen gusto, trasladando la historia de los famosos bohemios parisinos a los años veinte del pasado siglo, permitía seguir la historia con facilidad, a la vez que subrayaba eficazmente las diferentes atmósferas emocionales de la ópera. Especialmente logrados me parecieron los decorados y movimiento escénico de los contrastantes actos dos y tres, que nos llevan de la alegría sensual del Barrio Latino a la atmósfera depresiva de Los Miserables. También interesante, e igualmente inspirado en la pintura de entreguerras (aunque recuerde a Mary Poppins), es el decorado de chimeneas del comienzo, el mismo que, al parecer, tanto tiempo costó reponer para el último acto. Insisto en esto porque las pausas forman parte del espectáculo; y me parece que ésta, especialmente, jugó claramente en contra de la emoción del público.
            Musicalmente, los muchos encantos con que Puccini logró sublimar y hacer creíbles y perdurables las a veces disparatadas peripecias de un libreto mediocre brillaron sin problemas: excelente el joven elenco vocal, en el que hay que destacar especialmente a la pareja protagonista (Carlos Cosías y Yolanda Auyanet); e igualmente magníficas las intervenciones del Coro de Ópera Cajasur y de los dos conjuntos (el coro de niños y la pequeña banda) con que nuestros conservatorios profesional y superior se sumaron al evento. Sobresaliente la Orquesta de Córdoba y su director para la ocasión: el genovés Marco Zambelli.

       Antonio Torralba

[Publicado hoy en El Día de Córdoba]

sábado, 30 de octubre de 2010

Qué cabronazo el Juan de Tarsis

Al Conde de Villamediana se atribuye este soneto a Córdoba, que ha perdido gran actualidad... 



Gran plaza, angostas calles, muchos callos;
obispo rico, pobres mercaderes;
buenos caballos para ser mujeres,
buenas mujeres para ser caballos.

Casas sin talla, hombres como tallos;
aposentos colgados de alfileres;
Baco descolorido, flaca Ceres,
muchos Judas y Pedros, pocos gallos;

Agujas y alfileres infinitos;
una puente que no hay quien la repare;
un vulgo necio, un Góngora discreto;

un San Pablo entre muchos sambenitos:
esto en Córdoba hallé; quien más hallare,
póngaselo a la cola a este soneto.



Ha perdido actualidad porque los hombres ahora estamos gordos como zollos.

viernes, 29 de octubre de 2010

sábado, 16 de octubre de 2010

VUELVE LA ORQUESTA

[14 de octubre de 2010. Concierto de Inauguración de Temporada. Dmitri Shostakovich, Concierto para violonchelo y orquesta n. 1 en mi bemol mayor, op. 107. Piotr Illich Chaikovski, Sinfonía n. 4, op. 36. Mikhail Milman, violonchelo. Orquesta de Córdoba. Manuel Hernández Silva, dirección. Gran Teatro de Córdoba. 20:30 horas. Lleno.]

Como para demostrar su buena forma, la espléndida madurez alcanzada en todos estos años, nuestra orquesta arrancó su temporada 2010-2011 con un programa compuesto por dos obras rusas muy exigentes: el primero de los conciertos para violonchelo de Shostakovich (1906-1975) y la cuarta de las sinfonías de Chaikovski (1840-1893).
            La pieza de Shostakovich sirvió para lucir la técnica y la musicalidad asombrosas del vilonchelista principal de la orquesta, el moscovita Mikhail Milman, quien literalmente "bordó" este concierto de 1959, uno de los más difíciles del repertorio violonchelístico. La obra arranca de manera inquietante con un "Allegretto" contruido sobre el motivo de cuatro notas que representaba al autor (D. SCH, es decir, re-mib-do-si), sobre un tema que ya usó en 1948 para la música de la película La joven guardia y sobre una antigua y triste nana popular. Esos materiales son dispuestos por el genio ruso con gran maestría y una complejidad que supo manejar con solvencia tanto Hernández Silva como el solista. Éste logró momentos de alta emoción en el segundo tiempo, de tono elegíaco; y un virtuosismo de verdadero espectáculo en los restantes, haciéndose merecedor de los largos aplausos que le otorgó el público que abarrotaba el Gran Teatro.
            En la segunda parte, la Cuarta de Chaikovski, ya escuchada el año pasado bajo la batuta de Irina Trujillo, mostró, en mayor grado aún que en aquella ocasión con motivo de la inauguración del curso universitario, la alta calidad de la Orquesta de Córdoba en todas sus secciones. Me pareció brillante igualmente la dirección de un Hernández Silva, cuyos gestos de agradecimiento y entusiasmo durante la larga ovación final, fueron complemento adecuado a la satisfacción que mostraba el respetable ante esta nueva temporada de su orquesta. Naturalmente.  

Antonio Torralba

sábado, 9 de octubre de 2010

Una (otra) melodía de Vivaldi



Early music festival Csíkszereda (Transylvania)
Antonio Vivaldi
Sonata en la menor, RV 43
Largo

Bruno Cocset, violonchelo
Mathurin Matharel, violonchelo
Bartrand Cuiller, clavecín
Monica Pustilnik, guitarra barroca

Colgado en youtube por stilodieuterpe.

viernes, 8 de octubre de 2010

Si quieres aprender enseña

Me gustó lo que me contó un amigo profesor de Física de la Universidad. Se lo había contado a su vez otro, pero da igual. "Un alumno me pidió que le explicara algo un poco complejo. Lo hice, pero no me entendió. Intenté de otro modo... y tampoco. Probé una tercera manera y nada, no había forma. Por fin, a la cuarta, lo entendí (sic)"

domingo, 3 de octubre de 2010

lunes, 27 de septiembre de 2010

Evaristo Baschenis. Instrumentos en silencio


Pasa en general con todos los instrumentos, pero en especial grado con los musicales. Contemplarlos en reposo (en una estantería, dentro de su estuche o sobre una mesa) produce una cierta inquietud. También su representación plástica, a menudo difícil, mantiene esa sensación que se mueve, con muchos matices, entre la atracción y el respeto. Como si fueran armas.
No sabía -lo he leído estos días- que las pinturas admirables de Evaristo Baschenis (1617-1677), sus composiciones con instrumentos musicales, tan populares en el mundillo de la música antigua, eran casi desconocidas hace poco más de cincuenta años. Las principales investigaciones sobre su vida y obra son posteriores a 1995. Sacaron a la luz retazos de la vida de este hombre peculiar: su ordenación sacerdotal en torno a 1647, el establecimiento de un taller en 1643, la fuerte influencia que ejerció sobre su arte el de Caravaggio durante un viaje a Roma, la huella que él mismo dejó en otros artistas admirables como Bartolomeo Bettera, que exageró su tendencia a colocar los instrumentos en posiciones poco corrientes, o Giuseppe Recco.




sábado, 18 de septiembre de 2010

Uniformes escolares

Ahora los defienden desde muchos lados. Está de moda (un poco al menos) apoyarlos. Yo los odio por varios motivos. Uno de ellos: creo que fundamentan una de las armas argumentales con las que los centros concertados se "libran" de los alumnos que no quieren. Los centros concertados (esto es una evidencia) tienen menos alumnos con "necesidades educativas especiales", menos alumnos "difíciles", en parte, porque a la gratuidad concertada hay que añadirle los cien eurillos de nada del uniforme. Y eso disuade. Hay más razones, muchas más, tanto si su hijo tiene problemas ("mire, es que aquí no contamos con ..."), como si no ("mire, tenemos unas instalaciones deportivas que para sí las quisieran..."), pero ésa es una de ellas.
Más razones: apartan la escuela de la vida real,  a menudo son sexistas, fuerzan a diferenciarse a partir de unos condicionantes chungos, son feos a rabiar, están cargados de connotaciones poco controlables por quien los lleva.
Ahora los defienden desde muchos lados, también algunos rojillos añorantes de su infancia. La nostalgia no es el deseo de regresar a un pasado mejor, es el deseo de regresar al origen y punto. Fuera el que fuese.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Creencias

Me agradó ver escrito con gracia (por Manuel Vicent en El País) algo de lo que hablo a menudo. Y defendido con parecidos argumentos.


Creencias (Manuel Vicent)
Uno de los misterios del cerebro humano consiste en que un premio Nobel de física puede ser miembro al mismo tiempo de la secta de la Lagartija Dorada. A lo largo de la evolución de nuestra especie el córtex, donde radica la inteligencia, se sobrepuso a los bulbos del límbico, que gobiernan nuestras emociones. Desde ese momento la ciencia y las creencias han seguido caminos dispares, con el ángulo cada día más abierto, pero ciertos individuos tienen la capacidad de vivir con ese ángulo cerrado sin experimentar ninguna contradicción: pueden investigar en un laboratorio la aplicación de las células madre y pertenecer a la Adoración Nocturna, ser expertos en biología molecular y ponerse un capirote de nazareno para llevar en andas a una Dolorosa atravesada por siete espadas. No obstante, hay que andar con cuidado con este tipo de gente. Se comportan de forma pacífica y racional si pones en cuestión cualquier problema científico; en cambio se convierten en seres muy agresivos y peligrosos si te burlas de la patrona de su pueblo o del fundador de su orden religiosa o de la bandera de su nación. La ciencia es expansiva, universal y positiva bajo el patrocinio de san Pitágoras, san Newton, san Galileo, san Fleming, san Einstein; en cambio las creencias son más intensas y fanáticas a medida que están más concentradas en un ídolo, en un símbolo, en un sentimiento. Si un japonés, un hindú, un noruego descubre una nueva vacuna, o da un paso adelante en el genoma o inventa un aparato muy cómodo para depilarse la axila, la humanidad entera lo acepta al día siguiente sin distinción de razas ni de dioses, pero no le toques el toro ensogado de las fiestas de su aldea, ni su equipo de fútbol, ni la romería a la ermita, ni las mantecadas que hacía su abuela, porque entonces ese científico, que en el laboratorio investiga el límite del universo donde se precipitan las galaxias, puede convertirse en una fiera o en un idiota. Sucede lo mismo cuando la política se convierte en una creencia. Ya es un clásico preguntarse por qué existen pobres que votan a la derecha y ricos que votan a la izquierda. Se debe a que el cerebro humano, del rico y del pobre, del amo y del criado, está a medio cocer todavía.



Pero no por ello dejo de preguntarme por todo el arte, por todas las músicas (quizás también por todos los hallazgos científicos) que acaso se han basado en esa deficiente cocción del cerebro humano.  Puede que la clave esté en la conveniencia de no tomarse las creencias propias ni las ajenas demasiado en serio, sino como achaques o debilidades personales. No sólo no exportables al vecino, sino incluso casi inconfesables, íntimas. Para que, aunque pierdan gracia, sean menos peligrosas.

lunes, 13 de septiembre de 2010

CANDIDATO DEL PSOE A LA ALCALDÍA DE CÓRDOBA

Dos perlas me manda mi amigo Miguel de una entrevista con el candidato a la alcaldía de Córdoba por el PSOE. No me resisto a comentarlas. Sin acritud.

El PP ha dicho que usted no tiene madera de líder y que su elección constata que el PSOE da por perdidas las urnas.
--A los del PP no les gusta que el hijo de un ferroviario pueda llegar a ser alcalde de esta ciudad. Es posible que les cueste entender que un cordobés, sencillo como Córdoba, pueda acercarse a la política con humildad. A lo mejor piensan que para ser alcalde hay que tener una licenciatura y pasar unas oposiciones de notario. Lo que hace falta es sentido común, responsabilidad y cariño a la tierra. De eso no me va a dar lecciones nadie.

¿Cómo fomentaremos que los chavales valoren los estudios si los políticos no? Lo de hijo de ferroviario ...., aunque todos los héroes clásicos tienen un origen humilde para que así sus hazañas brillen más al no ser méritos de cuna. Qué buena idea da inconscientemente: que los alcaldables pasen una oposición previa a las urnas.

Si usted trabajara, en una empresa digo, ¿iría a la huelga?
--Si trabajase a lo mejor no, pero si estuviera parado, sí.

¿Sentido común?

jueves, 9 de septiembre de 2010

Cumpleaños

A veces con más actividad y a veces con menos; con desigual interés por temporadas, hoy cumplimos tres años. ¡Cómo pasa el tiempo!

lunes, 30 de agosto de 2010

LA CELESTINA Y LAS NEURONAS ESPEJO

En el Acto II de la Tragicomedia de Calisto y Melibea, Sempronio, intentando consolar a su señor Calisto, le dice:


SEMPRONIO.-  Lee más adelante, vuelve la hoja. Hallarás que dicen que fiar en lo temporal y buscar materia de tristeza, que es igual género de locura. Y aquel Macías, ídolo de los amantes, del olvido porque le olvidaba se queja. En el contemplar ésta es la pena de amor, en el olvidar el descanso. Huye de tirar coces al aguijón, finge alegría y consuelo y serlo ha. Que muchas veces la opinión trae las cosas donde quiere, no para que mude la verdad, pero para moderar nuestro sentido y regir nuestro juicio.


Finge alegría y consuelo y serlo ha.
En efecto, aunque se habla de las neuronas espejo fundamentalmente como las responsables de la empatía, esto es, de provocar una actividad cerebral similar más o menos a la que genera una acción también con su sola observación, parece que asimismo funcionan, entre otras cosas, en la línea que apuntaba Sempronio: ayer escuché a Marco Iacoboni (entrevistado por Punset en la tele) explicar un experimento que venía a demostrar que personas obligadas a fingir risa a menudo (unos contratados para programas de televisión) mejoraban significativamente unos indicadores que medían su grado de felicidad. En fin. 
Pero qué bonito está dicho por el autor de La Celestina
Huye de tirar coces al aguijón, finge alegría y consuelo y serlo ha. Que muchas veces la opinión trae las cosas donde quiere, no para que mude la verdad, pero para moderar nuestro sentido y regir nuestro juicio.



sábado, 28 de agosto de 2010

Sasamón

Mis amigos Toñi y Miguel han estado este verano en Sasamón y han traído fotos magníficas. En la iglesia de Santa María (en otro tiempo catedral), de cuyo famoso y musical pórtico ya teníamos noticia (ver, por ejemplo, la cítola en el artículo de José Ignacio Fernández en la página de CINCO SIGLOS), hay un retablo policromado de estilo plateresco dedicado a Santiago Apóstol. Es obra de Felipe de Vigarny. Hay dos imágenes que nos parecen  sorprendentes: un laúd de cuatro órdenes con la prima simple y tocado ya sin plectro (el siglo XV es la centuria que marca la transición en el laúd del plectro a los dedos) y un rabel con trastes. Muestras ambas de que prospera por la época la polifonía.






viernes, 27 de agosto de 2010

miércoles, 25 de agosto de 2010

Investigando los estilos

Un clásico veraniego


Hacía mucho tiempo que no la veía y además iba vestida muy raro, de negro…
-No me conoces así… de gótica. Mira, te presento a Pep. Es de Tarragona, pero nos conocimos en Toulouse. En un ambulatorio: nada romántico.
-Hola
Como era mayor, más bajito y menos estilizado, pensé en preguntarle si él era románico catalán (comentario barroco).
-Qué casualidad, ¿verdad?

miércoles, 11 de agosto de 2010

Carlo Maria Cipolla y su teoría sobre la estupidez humana


Recuerdo que hace ya unos pocos veranos el músico italiano Paolo Cecere nos deleitó durante un viaje en coche contándonos con suma gracia las teorías de su compatriota Cipolla sobre la estupidez humana. Desde entonces, las siento asociados a la vehemencia siempre un poco (ma non troppo) cabreada del amigo Cecere. Y me he acordado de ellas hoy leyendo un artículo del blog de Félix de Azúa en que Cipolla es mencionado. En la wiki (y aquí más por extenso) está muy bien resumida la teoría que desarrollara el insigne economista en Allegro ma non troppo, un libro de 1988, traducido al español en 2001, creo.
Copio aquí el citado resumen de la wikipedia:

Teoría de la estupidez

Cipolla exploró el controvertido tema de la estupidez formulando su famosa Teoría de la Estupidez, expresada por primera vez en su ingenioso panfleto de 1988 titulado Allegro ma non troppo.
En este escrito Cipolla desarrolla una visión de la gente estúpida como un grupo más poderoso que grandes organizaciones como la Mafia, el Complejo Militar Industrial, (MIC) o la Internacional Comunista. El grupo de los estúpidos, sin reglamentaciones, líderes o manifiestos consigue ejercer un gran efecto con una coordinación increíble.
En el mismo libro pueden encontrarse las leyes fundamentales de la estupidez:
  1. Siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación
  2. La probabilidad de que una persona dada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica propia de dicha persona
  3. Una persona es estúpida si causa daño a otras personas o grupo de personas sin obtener ella ganancia personal alguna, o, incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso.
  4. Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida; constantemente olvidan que en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, asociarse con individuos estúpidos constituye invariablemente un error costoso.
  5. Una persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que puede existir.
Por deducción, de la tercera ley, Cipolla identifica dos factores a considerar cuando se explora la conducta humana:
  • Beneficios y pérdidas que un individuo se causa a sí mismo
  • Beneficios y pérdidas que un individuo causa a los otros
Creando un gráfico en el que se coloca el primer factor en el eje x y el segundo en el eje y se pueden obtener cuatro grupos de individuos:
  1. Inteligentes, (Benefician a los demás y a sí mismos)
  2. Incautos, (Benefician a los demás y se perjudican a sí mismos)
  3. Malvados, (Perjudican a los demás y se benefician a sí mismos)
  4. Estúpidos, (Perjudican a los demás y a sí mismos)

lunes, 9 de agosto de 2010

MUSICA ANTIQUA


Para antiqua, antiqua la historia de esta entrada. Trata de un tema que yo tenía medio olvidado y cuyo desempolvo, provocado no por la nostalgia sino por un cuestionario que me ha enviado María Santacecilia (investiga para una tesis sobre el fenómeno early music en España entre 1960 y 2000), me ha traído un montón de recuerdos agridulces. MUSICA ANTIQUA fue una revista que hicimos durante un año (de junio de 1986 a mayo de 1987) Antonio Zorro Sánchez y yo. Pongo el cuestionario citado respondido por mí y, más abajo, una reproducción de las portadas de algunos de los diez números que salieron. 

1.- ¿Cuál era vuestro propósito para fundar una revista como aquélla?
La revista fue cosa un poco improvisada; y más el producto del entusiasmo juvenil de los fundadores, Antonio Zorro y yo (23 y 24 años a la sazón), que el fruto de una planificación muy pensada. El propósito era hacer una revista mensual que uniera un poco a los aficionados y los profesionales (músicos, instituciones relacionadas con la programación de conciertos, constructores de instrumentos, musicólogos, etc.) del sector.
 
2.- ¿Tuvo algún tipo de ayuda pública en algún momento o sólo se nutría a base de publicidad?
Sólo se nutría de la publicidad y de las suscripciones, con lo que estaba bastante desnutrida. No llegó a tener ningún tipo de ayuda pública, aunque, según supimos después, estuvo a punto de obtener un premio del Ministerio de Cultura que la hubiera propiciado. Creo, pensándolo desde ahora, que si hubiera surgido unos años después (con el auge de la informática y el consiguiente abaratamiento del diseño y la autoedición en ámbitos domésticos) habría durado más y habría estado mejor hecha. Habría durado más porque, como los costes de trabajo eran nulos (todo lo hacíamos Antonio Zorro y yo con la ayuda de unos amigos) y las colaboraciones no se pagaban, el presupuesto se lo llevaba la imprenta (parte de cuyo trabajo también hacíamos nosotros), que por entonces era notablemente más cara y menos flexible en cuanto a los aspectos de diseño… También nos faltó experiencia a la hora de saber tocar los resortes adecuados para obtener subvenciones y ayudas con eficacia.

3.- ¿Tu modelo para una revista de ese tipo era Early Music o alguna revista extranjera de ese tipo?
Creo, modestamente, que no nos basamos en ningún modelo y que lo más parecido en intención a lo que nosotros pretendíamos (puente entre especialistas y aficionados) fue la muy posterior y ahora desaparecida Goldberg. Early Music es una revista muy “de” y “para” especialistas. Y las otras que había por entonces en Europa eran, o muy de un gremio (flauta, viola da gamba…), u órganos de expresión de asociaciones o (y, a veces, también “y”) de periodicidad más dilatada. Tampoco, bien mirado, la comparación con Goldberg me parece muy adecuada, ya que Musica Antiqua, aparte de mucho más modesta en fondo y forma, daba cabida a contenidos más desenfadados. Tenía (Pepe Rey lo decía) más bien el carácter de un fanzine.

4.- ¿Había alguna intención de dar mayor cabida al repertorio antiguo español? Si es así, ¿por qué?
No. Creo recordar que no había un especial interés en dar más peso al repertorio antiguo español. 

5.- ¿Qué requisitos habían de tener los colaboradores? ¿Se daba preferencia a los que tenían formación musical o musicológica?
Pues, como he comentado más arriba, intentábamos contar con gentes de mundos muy dispares. Lo mismo contactábamos con venerables musicólogos como José Luis López-Calo (recuerdo su cariñoso apoyo) o Miguel Querol, que con periodistas como Enrique Martínez Miura (luego, redactor-jefe de la revista Scherzo), amigos estudiantes, músicos consagrados, como Ton Koopman, etc. La figura de Pepe Rey, con su serie de colaboraciones llenas de humor y erudición, encarnaba bastante el espíritu de la revista y de lo que nos gustaba  hacer: unir géneros periodísticos, provocar, en el buen sentido de la palabra. Y conjurar, con humor si es posible, la pedantería.




















domingo, 8 de agosto de 2010

Ganar y ganar

En fin, el patriotismo es una mala pasión, que, con la ya más arriba mencionada indiferencia ante lo cruento y lo incruento (que me parece que al menos en el fútbol hace sólo 30 años no era así) se sustenta y perpetúa en el hecho de que la Victoria, deportiva o guerrera, sea el único o máximo instrumento de autoafirmación colectiva. La mera idea de "lo colectivo" muchos la ennoblecen porque no es personal; lo personal suele ser arbitrariamente tachado de individualismo y egoísmo; lo colectivo, en cambio, pertenece al Nosotros. Convendría, por tanto, señalar que el Nosotros no sólo en la gramática es tan persona como el Yo, sino también, por añadidura, como se ha visto en la unanimidad del Totalitarismo, muchísimo peor persona.

Rafael Sánchez Ferlosio, "¡Y qué afán de ganar y ganar!" en El País, 7 de agosto de 2010.

viernes, 23 de julio de 2010

Nostalgia del Sur

[21 de julio de 2010. XXX Festival de la Guitarra de Córdoba. Isaac Albéniz/ J. Manuel Delgado, Córdoba. Wulfin Lieske, Córdoba Concerto. Igmar Alderete, Nostalgia del Sur. Joaquín Rodrigo, Concierto de Aranjuez. Wulfin Lieske y Manuel Barrueco, guitarras. Orquesta de Córdoba. Juan Luis Pérez, dirección. Gran Teatro de Córdoba. 21:00 horas]

Manuel Barrueco es un guitarrista fuera de serie. Reúne cualidades técnicas e interpretativas muy variadas y sus actuaciones rara vez defraudan. Su magnífica versión del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo (1901-1999), junto a una espléndida Orquesta de Córdoba dirigida por el jerezano Juan Luis Pérez, fue largamente aplaudida por el público que no llegó a llenar el miércoles el Gran Teatro. Y eso que, sobre el papel, la velada ofrecía atractivos indudables: además del reseñado plato fuerte, el programa contaba con dos estrenos absolutos (un concierto para guitarra de Wulfin Lieske y una obra orquestal de Igmar Alderete) y uno “relativo”: la orquestación de José Manuel Delgado de la inmortal página pianística dedicada a Córdoba por Isaac Albéniz.
            El concierto comenzó brillantemente con esta última. Córdoba sonó muy hermosa vestida con los elegantes nuevos colores que le prestaba nuestra orquesta, gracias a la hermosa versión del sevillano José Manuel Delgado (1949).
            La magia se deshizo en parte en la obra siguiente (Cordoba Concerto), no tanto por la no muy lograda interpretación de su autor e intérprete solista, el austriaco Wulfin Lieske, sino sobre todo por la desacertada decisión de amplificar los instrumentos de una manera muy extraña. Los timbres aparecían muy distorsionados; la guitarra, aunque por momentos se perdió, casi siempre sonaba a un volumen desproporcionado y con un timbre metálico poco agradable; el papel difícil del bajo eléctrico (ausente el solista en el deficiente programa de mano) sonaba desdibujado, sin definición. Estas circunstancias dificultaban la atención sobre una obra de estética ecléctica, no exenta de atractivos y de referencias al paisaje sonoro de la ciudad.
            La segunda parte recuperó el tono inicial con la pieza del cubano afincado en Córdoba Igmar Alderete Acosta (1969). Nostalgia del Sur, dedicada a Manuel de Falla, une también, como la anterior, elementos procedentes de músicas muy diversas con ese resultado entre moderno y clásico que solemos asociar a las buenas bandas sonoras.
            El broche de oro de la noche, ya lo hemos adelantado, fue la magnífica versión de Barrueco de la más famosa de las obras de guitarra. En una apuesta por los valores seguros revisitados con maestría, el guitarrista cubano agradeció los largos y merecidos aplausos con una sentida versión de Granada de Albéniz.
           
       Antonio Torralba

jueves, 22 de julio de 2010

Homenaje a la guitarra

[19 de julio de 2010. XXX Festival de la Guitarra de Córdoba. La guitarra en el tiempo del poeta Miguel Hernández. Salvador Bacarisse, Preludio e Intermezzo. Quintín Esquembre, Vals brillante, Canción playera, Zapateado. Vicente Asencio, Tango de la casada infiel, Fandango del cañamelar. Joaquín Turina, Fantasía sevillana. Óscar Esplá, Tempo di sonata. Eduardo López Chávarri, Homenaje a Andrés Segovia. Manuel de Falla, Homenaje “Le tombeau de Debussy”. Julián Bautista, Preludio y Danza. Ignacio Rodes, guitarra. Teatro Cómico Principal. 21:30 horas. Media entrada. Valoración: 3]
Interesante e infrecuente programa el que pudimos disfrutar el lunes en el Teatro Cómico Principal a cargo del excelente guitarrista alicantino Ignacio Rodes. Recogía, fundamentalmente, música de compositores españoles que, siguiendo el magisterio de Falla, intentaron trascender el Nacionalismo haciéndolo convivir con las tendencias neoclásicas y vanguardistas que llegaban de Europa. Corrían los años veinte de la pasada centuria y, como esto coincidía con el empeño de la excelente pléyade de poetas de la época, a veces se conoce a algunos músicos de esta generación como “del 27” (otros la llaman también “de la República”). En ella se encuadran inequívocamente los madrileños Salvador Bacarisse (1898-1963) y Julián Bautista (1901-1961), protagonistas junto con el alicantino Óscar Esplá (1889-1976), de las obras más profundas y difíciles de la velada. En su interpretación Rodes hizo gala de su hondo conocimiento del repertorio, si bien no logró alcanzar la limpieza técnica que lo caracteriza y lo ha hecho famoso.
Más deleitosa resultó la escucha del resto de las obras del programa. Si las primeras asombraban por su exigencia y densidad, las obritas de Manuel de Falla (1876-1946) en homenaje a Debussy, de Vicente Asencio (1908-1979) en homenaje a Lorca y las simpatiquísimas de Quintín Esquembre (1895-1965), el autor de la famosa Si vas a Calatayud, llenaron el escenario de aquella virtud sin la que –Stevenson lo dijo- todas las demás son inútiles: el encanto. Brilló en los evocadores ritmos de danza de las piezas de los tres autores citados, pero muy especialmente en esa habanera lenta sobre la que se levanta Le tombeau de Debussy.
Especial momento musical y cultural el que generó la España literaria y artística de aquellos años veinte en torno a la guitarra, gracias en buena parte a la citada obra de Falla y al esfuerzo y talento interpretativo de un guitarrista excepcional, Andrés Segovia. El linarense se esforzó en animar a los autores de su generación, la inmediatamente anterior a la del 27, a sumar esfuerzos en pro del instrumento. A esa “Generación del 98” pertenecieron los otros dos autores del recital, Eduardo López Chávarri (1871-1970) y Joaquín Turina (1882-1949). Con ellos también, Rodes nos hizo sentir “nacidos entre guitarras” como dejó escrito de los andaluces el poeta Miguel Hernández, el gran homenajeado en esta noche de homenajes.
Antonio Torralba

viernes, 16 de julio de 2010

Gran David Russell

[14 de julio de 2010. XXX Festival de la Guitarra de Córdoba. Fernando Sor, Morceau de concert pour la Princesse Adelaïde. F. Couperin, Tres piezas. J. S. Bach, Sinfonías de Cantatas, Suite BWV 1034. A. Neves, Choro, Valsa, Pinheirada. F. Kleynjans, Arabesque en forme de caprice. Isaac Albéniz, Cuba, Granada, Rumores de la Caleta. David Russell, guitarra. Teatro Cómico Principal. 21:30 horas]

Ya destacábamos el año pasado por estas fechas (a propósito, entonces, del recital de Russell en la Sala Orive) las características esenciales de este gran intérprete: originalidad programando, prodigiosa técnica y sentido del espectáculo. Un poquito menos perfectas que en aquella ocasión, las citadas cualidades de este habitual de nuestro festival brillaron el jueves en un Teatro Cómico Principal que se quedó pequeño para acoger a todo el publico que quería escucharlo.

Como aquel siete de julio del 2009, David Russell combinó sus magistrales transcripciones de música barroca (Bach, fundamentalmente) y de piezas de Albéniz, con obras de clásicos de la guitarra (Fernando Sor) y de autores menos conocidos: Armando Neves, en esta ocasión. Incluyó asimismo una estupenda obra que le fue especialmente dedicada por su autor: Arabesque en forme de caprice de Francis Kleynjans, dedicada a la memoria de Tárrega. Y, como no podía ser de otra manera, también el miércoles logró entusiasmar al respetable, que fue obsequiado hasta con tres propinas y unas emotivas palabras llenas de gratitud y de recuerdos para quienes han venido haciendo posible el treintañero festival al que Russell acudió por primera vez en su tercera edición.

Antonio Torralba


[Publicado hoy en El Día de Córdoba]

jueves, 15 de julio de 2010

miércoles, 14 de julio de 2010

Fantasía romántica





[12 de julio de 2010. XXX Festival de la Guitarra de Córdoba. Fantasía Romántica. Johann Kaspar Mertz, Canción sin palabras, Polonesa, Elegía, Introducción y rondó brillante op. 11, Fantasía húngara. Franz Schubert, Serenata. Mateo Carcassi, Quince estudios. Napoleon Coste, Les soirées d’Auteuil, Capricho sobre “La Cachucha” op. 15, Rondó de concierto op. 12. Carmen Ros, guitarra. Teatro Cómico Principal. 21:30 horas]

Excepción brillante dentro de la ausencia este año de guitarras históricas en cursos y conciertos, el lunes pudimos escuchar un precioso recital de guitarra romántica tocado en una encantadora copia de época por la solista murciana Carmen Ros.
La primera parte estuvo dedicada íntegramente a la obra del austriaco de adopción Johan Kaspar Mertz (1806-1956) y la segunda a otros dos románticos: el italiano Mateo Carcassi (1792-1853) y el francés Napoleon Coste (1805-1883).
La música de Mertz, no demasiado conocida, se escucha sin embargo con enorme interés. Llama la atención su fuerte impronta romántica, muy diferente de la de otros guitarristas más conocidos de ese período, como Carulli, Giuliani, Sor o Aguado. Además de su transcripción de la célebre Serenata de Schubert, deliciosamente interpretada por Ros, los propios títulos de las piezas de Mertz evocan la estirpe de los autores que influyeron en la música de este hombre, cuya biografía (con un envenenamiento involuntario a cargo de su esposa pianista, entre otros avatares) bien daría para una novela: Canción sin palabras evoca a Mendelssohn, Polonesa o Fantasía húngara a Chopin… La obra maestra de Mertz es Elegía, pieza que no figuraba en el programa por error, pero que Carmen Ros interpretó en tercer lugar con notable maestría y haciendo brillar las virtudes de su pequeño instrumento antiguo a la hora de cantar con diferente timbre por las cuerdas agudas. Una encantadora desigualdad que los guitarreros de la siguiente centuria sacrificarían en aras sobre todo del volumen.
Un poquito menos interesante musicalmente aunque, y a pesar de la rotura accidental de una uña, a la misma altura interpretativa, la segunda parte comenzó con una imaginativa versión de quince de los brevísimos estudios de Mateo Carcassi y se centró en la obra de Napoleon Coste, con cuyo espectacular Rondó de Concierto op. 12 finalizó la parte oficial del recital. Luego, tras reparar en un minuto su uña quebrada, la elegante intérprete nos deleitó con dos piezas más: unas variaciones de Mertz sobre El Carnaval de Venecia y la transcripción de Tárrega de un vals de Chopin.


Antonio Torralba
[Publicado hoy en El Día de Córdoba]