martes, 5 de abril de 2016

CERVANTES Y LA MÚSICA 28: "EL CANTAR DE GÓMEZ ARIAS"

CERVANTES Y LA MÚSICA 28
EL CANTAR DE GÓMEZ ARIAS




"CRISTINA: Eso me parece, señora tía, a lo del cantar de Gómez Arias:
Señor Gómez Arias,
doleos de mí;
soy niña y muchacha;
nunca en tal me vi."
(ENTREMÉS DEL VIEJO CELOSO)

El cantar aludido por Cristina es el famoso cantar de LA NIÑA DE GÓMEZ ARIAS, elaborado sobre una leyenda que dio lugar a mucha literatura (obras enteras incluso) en los Siglos de Oro y después. Samuel G. Armistead y Joseph H. Silverman han rastreado su pervivencia en la tradición sefardí hasta nuestros días. Por cierto, en una de esas versiones juedeoespañolas (recogida en Tetuán en 1915) Gómez Arias se transforma en "don Gómez Aire". La anotó Manuel Manrique de Lara. El autógrafo, que ilustra esta entrada, está en los fondos digitalizados del CSIC. En otra versión de Tánger el personaje se transforma en "don Esaires" y el municipio cordobés de Benamejí, donde como pasamos a ver se inicia la historia, se vuelve "Guadamesí"
Gómez Arias seduce a una niña, pero, al cansarse de ella, se la vende como esclava al alcaide moro de Benamejí. La niña suplica a su amante que se apiade de ella; al fin y al cabo, ella es joven e inocente y "nunca en tal se vio" . En primera persona, esta frase se volvió, como dicho, muy popular.
Avalle-Árce logró al parecer situar históricamente los hechos: halló el nexo entre un Gómez Arias, maestre de Santiago, y la fortaleza de Benamejí, de la cual, según la "Crónica de Alfonso XI", era alcaide en el año 1333. A causa de la negligencia de Gómez Arias, quien "non estaba en el castiello et dexó y mal recabdo", Benamejí volvió a caer en poder musulmán hasta 1341.
Sebastián de Horozco, a mediados del XVI escribió la siguiente glosa sobre el cantar:
Señor Gómez Arias,
doleos de mí;
soy mochacha y niña,
y nunca en tal me vi.
Señor Gómez Arias,
vos me traxistes,
y en tierra de moros
vos me vendistes.
Yo no sé la causa
por qué lo hezistes
que yo sin ventura
no os lo merecí.
Señor Gómez Arias,
doleos de mí;
soy mochacha y niña,
y nunca en tal me vi.
SI mi triste madre
tal cosa supiese,
con sus mesmas manos
la muerte se diese.
No hay hombre en el mundo
que no se doliese
de la desventura
que vino por mí.
Señor Gómez Arias,
doleos de mí;
soy mochacha y niña,
y nunca en tal me vi.
En cas de mi padre
estaba encerrada,
de chicos y grandes
querida y mirada.
Véome ora triste,
enajenada,
triste fue la hora
en que yo nací
Señor Gómez Arias,
doleos de mí;
soy mochacha y niña,
y nunca en tal me vi.
Señor Gómez Arias,
aved compasión
de la sin ventura.
que queda en prisión.
Conmueva mi llanto
vuestro coraçón;
no seáis tan cruel
en dexarme así.
Señor Gómez Arias,
doleos de mí;
soy mochacha y niña,
y nunca en tal me vi.
Señor Gómez Arias,
si a Córdoba fuerdes,
a mi padre y madre
me encomendedes;
y de mis hermanos
vos os guardedes,
que no os den la muerte
por amor de mí.
Señor Gómez Arias,
doleos de mí;
soy mochacha y niña,
y nunca en tal me vi.

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