Canción de queja de la muchacha de Agustín García Calvo.
¡Ah, cuánto abril,
tan sin aviso de venir!
¡Cuánta fiebre
temblando en el aire verde!
Una nueva tristeza
me crece por las venas.
¿Para qué sirven
los pámpanos y las adelfas?
¡Tanto suspiro
que me sube de los abismos!
¡Qué desmayo
del vuelco de mí del año!
En los ojos las nubes
de blancas se me aburren.
¿Quién me destempla
las cuerdas de la pesadumbre?
Ah, no eres tú
la causa de esta lasitud.
No es tu falta
la falta que me anonada.
¿No eras tú el que decías
que causas son mentiras?
¿Voy a ti a echarte
la culpa de mi fatiguilla?
No, tú no eres
abril ni el vaho que me vence.
No te quiero
ni llamo 'tú' a mí veneno.
Es que duele más esto
cuando hace tan buen tiempo;
y amor de nadie,
y sola yo de amor me muero.
Ondas do mar de Vigo de Martín Codax
Interpreta: Simphonye
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