CERVANTES Y LA MÚSICA 230
EL ENDEMONIADO SON DE LA ZARABANDA
"Pues, ¿qué diré de lo que ellas sintieron cuando le oyeron tocar el Pésame de ello, y acabar con el endemoniado son de la zarabanda, nuevo entonces en España? No quedó vieja por bailar, ni moza que no se hiciese pedazos, todo con silencio extraño, poniendo centinelas y espías que avisasen si el viejo despertaba. Cantó asimismo Loaysa coplillas de la seguida, con que acabó de echar el sello al gusto de las escuchantes, que ahincadamente pidieron al negro les dijese quién era tan milagroso músico."
(EL CELOSO EXTREMEÑO)
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