CERVANTES Y LA MÚSICA 237
DANZA COMO EL PENSAMIENTO, BAILA COMO UNA PERDIDA
"Finalmente, como yo tuviese fama de gran labrandera, mi señora la duquesa, que estaba recién casada con el duque mi señor, quiso traerme consigo a este reino de Aragón y a mi hija, ni más ni menos, adonde, yendo días y viniendo días creció mi hija, y con ella todo el donaire del mundo: canta como una calandria, danza como el pensamiento, baila como una perdida, lee y escribe como un maestro de escuela y cuenta como un avariento."
(QUIJOTE II, Cap. 48)
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